¿Qué diablos hace una casa a media autopista? Eso fue lo que pensamos cuando vimos una foto del hogar de una pareja de ancianos en la ciudad de Wenling, provincia de Zhejiang, China. Esta es la historia…
Luo Baogen y su esposa viven en un edificio a medio demoler, alrededor del cual se construye una autopista. De hecho, este inmueble es el único que queda en pie después de que otras construcciones fueran retiradas de la zona para darle paso a una vía rápida que conducirá del pueblo de Xiazhangyang a la estación de tren en Wenling.
La autopista aun no ha sido oficialmente inaugurada porque esta pareja de ancianos se niega a dejar su apartamento, pues alegan que la compensación por reubicación que les ofrece el gobierno no es suficiente. Y como en China es ilegal expropiar una casa sin el consentimiento de los propietarios, pues ni cómo hacerle. O le llegan al precio justo, o el chinito no se mueve.
El matrimonio, que vive con sus dos hijos, en un principio habían aceptado la compensación de 12,000 dólares que les ofrecían por su propiedad. Pero luego se echaron atrás y devolvieron el dinero cuando los trabajos para construir la autopista ya habían iniciado.
Para garantizar la seguridad de Baogen y su esposa, las habitaciones contiguas a su apartamento han quedado intactas, pero abandonadas, pues según medios locales el resto de los vecinos ya se han mudado.
Algunos automovilistas que han sido seleccionados para conocer el camino no dejan de hacer una parada cuando pasan por ahí para tomarse fotos y cotorrear un rato con la pareja de viejitos.
A ver si no se les ocurre dejarla como atractivo turístico.
Otro caso similar ocurrió a principios de este año, también en China pero en la provincia de Shandong, donde Niu Chuangen y Zhongyun Zhang, a pesar de las presiones de las compañías inmobiliarias se niegan a dejar la casa en la que han vivido por 60 años.
Las compañías inmobiliarias pretenden construir un complejo de edificios y centros comerciales en la zona, dejando a esta pareja atrapada en medio de rascacielos en construcción.
Los desarrolladores del proyecto ya les cortaron los servicios de energía y agua, y hasta cavaron alrededor de su casa un pozo con 10 metros de profundidad. Además de eso, la pareja ha denunciado que con regularidad son amenazados por pandilleros.
Y es que al parecer en China son bien gandallas a la hora de construir, sino miren como le dejaron esta casa a una familia en Mianyang, que para presionarlos a irse de su edificio, tiraron el resto de los departamentos.
Quizá la solución a este tipo de pleitos ya la encontraron en la propia China, donde hay quienes deciden hacer sus casas en el techo de un centro comercial:
¿Quién quiere vivir encima de Perisur?