Cada quien sabrá que no es lo más conveniente zafarse de su trabajo cuando tiene de todas para ir. Si tanta urgencia hay de no asistir, una simple llamada debería de bastar… Pero nunca, NUNCA, prendan en fuego su espacio de trabajo.
Se dice que lo mejor es experimentar en cabezas ajenas, así que la próxima vez que quieran irse del trabajo mejor recuerden a Casey James Fury.
Casey, de 24 años, se encontraba en su trabajo –como pintor del USS Miami, un submarino nuclear– cuando empezó a discutir a través de mensajes con su novia sobre su relación. Cualquiera se hubiera enojado, pues la novia de Casey le dijo que tenía un nuevo hombre en su vida. Ante la situación, el pintor decidió que debía dejar su trabajo y arreglar las cosas personalmente.
Para escapar, decidió tomar unos trapos y alcohol que se encontraban en una zona no flamable y prenderlas con fuego. Lamentablemente el fuego se extendió provocando un incendio el cual los bomberos tuvieron que combatir durante doce horas y provocó daños de 400 mil dólares.
Fury fue arrestado y se justificó con los medicamentos que traía encima –medicamentos para la ansiedad, depresión, insomnio y alergias. Sin embargo, no fue suficiente para un perdón, pues ahora se enfrenta a acusaciones de dos casos de incendio provocado, los cuales podrían costarle una condena de cadena perpétua y una multa de 250 mil dólares.
Ya saben, la próxima vez que tengan ganas de salir del trabajo y hacer un plan elaborado, mejor sean pacientes y, lo más importante, inteligentes.