De acuerdo con el periodista de investigación y ganador del premio Pulitzer Seymour Hersh, el operativo con el que Estados Unidos acabó con la vida del líder de al Qaeda, Osama Bin Laden, en mayo de 2011 no fue precisamente la acción arriesgada y ultrasecreta cantada por el gobierno Barack Obama, sino el resultado de una operación que realizaron en conjunto el país americano con la inteligencia de Pakistán.

En Estados Unidos, la acusación del periodista ya ha causado gran polémica, lo mismo que en Pakistán y muchos aseguran que sus argumentos son débiles.

“La noción de que la operación en la que mataron a Osama Bin Laden fue algo diferente a una misión unilateral estadounidense es evidentemente falsa”, afirmó el portavoz de la Casa Blanca Ned Price, quien dijo que la investigación estaba llena de “inexactitudes y afirmaciones sin fundamento.

Según Hersh, Bin Laden estuvo escondido en Pakistán desde 2008, mantenido con financiamiento de Arabia Saudita. Más tarde, Estados Unidos habría recibido noticias de esta situación y habría acordado con Pakistán entrar a su territorio sin hacerlo público, cometiendo un asesinato de facto. Esta versión contradice la oficial,  que afirma que la captura se realizó gracias a una extensa investigación militar e interrogatorios a miembros de Al Qaeda.

Como parte del acuerdo, dice Hersh, Estados Unidos debía esperar una semana para anunciar la muerte de Bin Laden y decir que había tenido lugar en un ataque de aviones no tripulados en Afganistán.

No obstante, luego de que uno de los helicópteros que participaban en la misión aquella noche se estrellara, Obama traicionó a Pakistán, temiendo que el incidente sería imposible de ocultar, por lo que habló a la nación de inmediato, argumentando que tras una investigación hecha al margen de las autoridades de aquél país, se había puesto en marcha un operativo unilateral para capturar o bien, acabar con la vida de Bin Laden, ocurriendo, al fin, lo segundo.

“La historia de la Casa Blanca podría haber sido escrita por Lewis Carrol”, sostiene Hersh en su artículo.

“Las mentiras de alto nivel siguen siendo parte del modus operandi de la política exterior de EE.UU., junto con las cárceles secretas, los ataques con aviones no tripulados y las redadas nocturnas de las fuerzas especiales, sin pasar por la cadena de mando oportunamente y evitando a quienes podrían echarlo para atrás”

Entre los que desmienten la versión de Hersh se encuentra Anthony Zucher, periodista de BBC, que destaca que las fuentes de Hersh no son citadas con nombre o son siempre indirectas. Asimismo, señala que las conclusiones son incoherentes con el escenario político y diplomático de aquel momento: Bin Laden buscaba derrocar la monarquía de Arabia Saudita, por lo que resulta extraño que aquel país financiara al terrorista. Por último hace notar que si ambos países estaban cooperando, pudieron usar un método más sencillo que aquella compleja redada para darle muerte.

Zurcher considera la teoría de Hersh “conspiracionista” por compartir la mayor debilidad de todas aquellas que caen en esta categoría: presumir que muchos individuos con diversos intereses operaron exitosamente mientras mantenían el secreto.

@plumasatomicas

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