Topps, la marca más importante de tarjetas coleccionables, lanzó a mediados de los años ochenta una nueva colección que se volvió muy popular entre los niños y muy polémica entre los padres de esos mismos niños: Garbage Pail Kids.
Las tarjetas estaban ilustradas con dibujos parodia de las muñecas Cabbage Patch Kids, sólo que con un toque grotesco, con niños llenos de defectos, anormalidades, y en situaciones estrambóticas, pero siempre sonrientes.
En México, las tarjetas fueron muy populares, y se vendían incluso versiones pirata como stickers, pero sus dibujos no agradaron nada a los adultos de finales de los ochenta. Las tarjetas de los Garbage Pail Kids dejaron de venderse en nuestro país durante muchos años cuando se propagó la leyenda urbana, muy probablemente iniciada por asociaciones de padres de familia, de que tenían una sustancia adictiva en uno de sus lados.
Hoy, esta línea de las tarjetas de Topps se sigue produciendo, con nuevas ilustraciones, pero los dibujos originales son los que la mayoría de los hoy treintones recuerdan con cariño y se han vuelto de culto.
Buscando rendirles tributo a los dibujos originales, el director de arte Jake Houvenagle y el fotógrafo Brandon Voges combinaron sus talentos creativos para diseñar una serie de imágenes en las que vemos como se imaginan que serían los Garbage Pail Kids si hubieran crecido y estuvieran rondando entre los treinta y cuarenta años. Cada una de los diseños de la colección cuenta con muchos elementos que nos permiten saber, con sólo ver la imagen, cuáles son los trabajos que desempeñan acorde a sus monstruosas características.
¿Ustedes los recuerdan?
