A finales de marzo, en redes sociales, usuarias retomaron el movimiento #MeTooMx para señalar los casos de acoso, hostigamiento y abuso sexual en distintos ámbitos profesionales —como la música, literatura, academia o la arquitectura y el mundo de la publicidad—; ante el avance de la exposición de los casos comenzaron los cuestionamientos, las críticas y el reconocimiento de un movimiento complejo que se gestaba de nueva cuenta en el espacio digital. Sin embargo, tras el suicidio de Armando Vega Gil, integrante de Botellita de Jerez, los colectivos tuvieron que analizar cómo hacer que el mensaje no perdiera sentido entre el ruido mediático y las contra acusaciones.

En este contexto, especialistas y defensoras de derechos humanos llevaron a cabo un foro acerca del #MeTooMx para analizar la construcción de la “normativa” que podría dar acompañamiento a los casos de acoso, hostigamiento y abuso tanto en el ámbito público como privado.

Foro MeTooMx

La Comisión de Derechos Humanos de la CDMX (CDHDF) fungió como sede de este foro —que como mencionamos reunió a mujeres activistas o trabajadoras en los ámbitos académico, cultural y periodístico– para hablar del panorama cualitativo y cuantitativo de las denuncias que surgieron en redes sociales.

En voz de Nashieli Ramírez Hernández, presidenta de la CDHDF, el #MeToo ha obligado a la sociedad mexicana a que observe la violencia estructural y sistemática contra las mujeres —hecho que ha sido normalizado—, entre la opacidad. ¿Cuáles han sido los resultados? En principio, se supone que el movimiento ha hecho visible aquello que permanecía oculto o mantenido en la secrecía. Sin embargo, el reto al que nos enfrentamos como sociedad ahora son las aportaciones que podamos dar y trascender a la “polarización discursiva” que ha imperado en redes sociales.

Por lo pronto, la Comisión de Derechos Humanos CDMX hizo un llamado “a las instituciones públicas de la Ciudad de México que tienen obligaciones explícitas derivadas del marco normativo a ejercer sus facultades para garantizar el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia”.

Además, abrió “sus puertas” a las mujeres para impulsar los procesos de reparación del daño y acceso a la verdad y justicia. Puso énfasis en la obligación que las autoridades tienen para atender las denuncias, sin caer en la revictimización así como en las estrategias de prevención de violaciones a derechos humanos.

En el llamado de la CDHDF, las activistas que participaron en el Panel, entre ellas Angélica de la Peña, activista y feminista, Andrea Media, abogada, o Angélica González, especialista en Derechos Laborales, analizaron el marco normativo de México sobre la violencia de género y sus alcances en el ámbito laboral.

Con este foro, el movimiento pone sobre la mesa sus propuestas y análisis tras ser cuestionado por las denuncias confidenciales que señalaban al supuesto agresor pero no se identificaba a la presunta víctima.

**Foto de portada: CDHDF.

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