A comienzos de 2018, se reportó la escasez de medicamentos en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), debido entre muchas cosas a razones burocráticas; sin embargo, a poco tiempo de que termine el sexenio de EPN, pacientes, sus familiares y organizaciones civiles han denunciado la falta de medicamentos para tratar el cáncer.

Se trata del desabasto de Ciclofosfamida —utilizado para tratar linfomas, leucemias, cáncer de pulmón, cáncer de mama y mieloma— y, recientemente, del Tacrolimus —que inhibe la formación de linfocitos citotóxicos, causa principal del rechazo de un implante—.

En esta difícil situación, hay pacientes que han tenido que esperar hasta más de dos meses por recibir estos medicamentos, que resultan primordiales para su tratamiento.

Escasez

Por su parte, Cofepris (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios) reconoció que en nuestro país hay un desabasto de Ciclofosfamida, de acuerdo con los resultados de un análisis sobre la distribución del medicamento.

Junto con Cofepris, el Instituto Nacional de Cancerología, el Colegio Mexicano de Oncología Médica, el Hospital Infantil de México y el Centro Médico Nacional Siglo XXI y algunos laboratorios expusieron que las razones van desde el cierre de plantas, la venta de medicamentos comprometidos y el cese de producción son los obstáculos para que la producción y distribución llegue a los pacientes.

Padres de niños enfermos con cáncer se manifestaron en el cruce de Reforma e Insurgentes para pedir ayuda a las instituciones gubernamentales. Foto: Cuartoscuro.

Todo, en contexto de las protestas de los pacientes y familiares que buscaban acceder a este medicamento.

Los casos

Es el caso de Antonio Matus, quien explicó a Reforma que hace seis años recibió un trasplante renal pero NO le han proporcionado este medicamento desde hace dos meses, en la Clínica 42 del IMSS, en Cuajimalpa.

Según el testimonio de Matus, en el IMSS le dijeron que había escasez de este fármaco por problemas del laboratorio encargado de su producción. Pero el problema se acentuó con el hecho de que en su clínica le están dando prioridad a los pacientes que han sido recientemente intervenidos.

La gravedad del problema 

El punto aquí es que la temporalidad en el tratamiento importa. En el caso de las personas con trasplantes, ellas deben tomar medicamentos inmunosupresores durante toda su vida, ya que después de varios años su cuerpo puede rechazar el órgano donado. 

Antonio Aranda es otro paciente que se encuentra en el mismo caso de Matus. Aranda recibió un trasplante renal hace diez años y, sin embargo, no recibe su medicamento desde julio pasado. Aranda se atiende en la clínica 76 de Ecatepec, en el Estado de México.

Justo este mes, aproximadamente 10 derechohabientes pidieron en el Hospital General Regional 1 “Carlos MacGregor Sánchez Navarro”, en la Colonia del Valle, para pedir estos fármacos, porque se les indicó que en esta clínica podrían obtenerlo.

Pero no fue así, ya que en la farmacia de este hospital les explicaron que no había disponibilidad del medicamento y, aparte, había una lista de espera de 300 pacientes.

Eveling Ruiz, paciente de este hospital, contó que lleva 15 días sin Tacrolimus, sin explicación tanto a los pacientes como a los médicos. En el caso de Eveling, ella recibió un trasplante de riñón hace cuatro años y si su cuerpo llegara a rechazarlo, tendría que someterse de nueva cuenta a la hemodiálisis o diálisis.

Pero, una vez más hay otro problema: encontrar a un donador.

Junto con el IMSS, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) también ha registrado este desabasto.

De acuerdo con un paciente que dio su testimonio de manera anónima, en el ISSSTE hay poco Tacrolimus 

El gobierno reconoce el desabasto

A principios de septiembre de este año, la Secretaría de Salud, en voz de su titular José Narro Robles, reconoció que existe una escasez de medicamentos “en algunas unidades”, pero que el gobierno Federal se estaba encargando de resolver la situación.

Entre otras cosas, admitió que México aún no alcanza la cobertura universal de la salud. ¿Por qué? Problemas económicos, culturales y la dificultad de entrar a aéreas de difícil acceso.

Pero la prueba esta justo en CDMX y área conurbada, donde pacientes de Ecatepec o de un hospital ubicado en la Colonia del Valle se topan ante la incertidumbre sobre como acceder a los medicamentos que les garanticen vivir.

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