A la espera de las órdenes de su entrenador para entrar a la cancha, un futbolista de la Segunda División de Irán no pudo esperar el momento para hacerse famoso y antes de que su cambio se hiciera posible, logró ayudar a su equipo.
La jugada se produjo en el segundo tiempo del partido entre Mazandaran y el Shahrdari Yasuji, cuando un vivaz jugador que aún traía su casaca, decidió darle un giro a su calentamiento. Fue en ese instante, cuando el suplente iraní apareció velozmente para rechazar de cabeza el disparo que iba para adentro.
Por supuesto esto es una trampa artera, pero qué suerte y qué habilidad tuvo para ponerse justo en el lugar del tiro a quemarropa que le hicieron, chequen:
De inmediato el futbolista comenzó a festejar su gol ante los pitazos del árbitro, sin saber que habían hecho trampa. Todos se le fueron encima al central y al abanderado, por supuesto expulsaron al vivito y marcaron tiro libre indirecto, el que fue fallado. Lástima por estos chavos, su destino no era meter gol aquel día.