El 5 de octubre de 2020, durante la conferencia mañanera, el presidente Andrés Manuel López Obrador firmó un convenio con representantes del sector privado para aumentar los dineros destinados a proyectos de infraestructura, energía y comunicaciones.
En ese convenio se actualizó el plan de infraestructura de 2019 agregando un paquete de 39 proyectos, uno de ellos, la construcción del Muelle de Cruceros en Cozumel, Quintana Roo.
Y a pesar de que hubo un lío con los permisos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), se llevó a cabo una consulta pública y demás, no se han escuchado los argumentos de los activistas ambientales, quienes afirman que la construcción de este muelle traerá daños ambientales irreversibles.
La lucha contra el muelle
De acuerdo con el proyecto firmado por el ejecutivo, la construcción de este muelle arrancaría en diciembre de 2020 y tiene como objeto ayudar con el creciente tráfico marítimo y la recuperación de los flujos turísticos de cruceros hacia el Caribe.
El documento, consultado por Forbes, afirma que no hay arrecifes en el área pero que aún así se utilizará ingeniería sustentable de última generación para respetar el medio ambiente marino. Se proyecta que además del muelle para el atraque de embarcaciones, tendrá un puente peatonal y un edificio de dos niveles para la terminal de cruceros.
El asunto es que este proyecto traería un impacto ambiental irreversible. De acuerdo con activistas y organizaciones en pro del medio ambiente, muy cerca de la zona donde se propone construir el muelle se encuentra parte del Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM), que es nada más y nada menos el arrecife de coral más grande del hemisferio occidental.
Varias de las especies que viven en el arrecife, como corales y especies de peces están protegidos por la Semarnat.
Explican que muchos de los turistas que todos los años visitan la zona, dejarían de ir si se continua con la degradación de los arrecifes, lo que significaría una pérdida de mil 500 millones de pesos por año.
¿De qué manera afectaría la construcción de este muelle? Las maniobras de construcción resulta potencialmente peligrosos, pero no es lo peor del asunto. Los impactos serán mucho peores durante la operación ya que sería destruida la granja de reproducción de corales y proyectos de conservación del arrecife.
Una consulta popular
Debido a la negativa de los ambientalistas y la presión por la construcción de este muelle, la Semarnat lanzó una consulta pública para preguntar a la población si acepta o rechaza la Manifestación de Impacto Ambiental para la construcción del Muelle. Esta consulta se llevó a cabo del 8 de abril al 6 de mayo y el resultado no podría saberse: el proyecto se aprobó.
La empresa mexicana que invertirá e impulsa la construcción de este proyecto es Muelles del Caribe S.A. de C.V., que anunció 511 millones de pesos como inversión.
Sin embargo, hasta el momento el arranque de la construcción está detenido debido a que faltan permisos ambientales por parte de Semarnat. Esta obra ya cuenta con la luz verde de la Dirección de Puertos de la Secretaría de Marina, así como la Unidad de Inversiones de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Apenas la semana pasada el proyecto fue aprobado por la Semarnat, por lo que en teoría tendría que iniciar en breve la construcción del muelle. Pero los activistas no han quitado el dedo del renglón y han organizado manifestaciones pacíficas con la esperanza de que se suspenda su construcción.
De acuerdo con integrantes de la Red de liderazgo el Sistema Arrecifal Mesoamericano, Cozumel no necesita otro muelle ya que además del daño para el ecosistema marino, la cantidad de visitantes gigantesca traería problemas de logística, por la generación de sólidos, así como de aguas residuales que no podrán ser sostenidos por la planta de tratamiento de la isla.
