Una mujer obsesionada con lucir una piel lo más parecida a un cacahuate japonés, ha sido acusada de poner en peligro a su hija de sólo seis años a quien, se presume, obligó a tomar una sesión de bronceado, lo que le ocasionó serias quemaduras.
La mujer, de nombre Patricia Krentcil, reconoce que se ha tostado “toda la vida”, pero negó someter a su hija a estas sesiones, ya que se define como una “estupenda madre”, y apuntó que las personas que le acusan le “tienen envidia” porque son “gordos y feos”.
Krentcil que cuenta con 44 años, asegura que visita centros de bronceado veinte veces al mes desde hace dos décadas y señala que su hija sólo la acompaña al solárium, pero no al interior de la cabina de bronceado… así de intensa ha de estar la radiación, ya que viendo la imagen, podemos ver que la mujer muestra los excesos de su exposición a los rayos ultravioletas.
La envidia de Roberto Palazuelos fue detenida la semana pasada después de una denuncia presentada por la enfermera del colegio donde estudia la niña, quien notó las quemaduras que presentaba la pequeña en diferentes partes de su cuerpo.
De acuerdo a las leyes de Nueva jersey, de donde es oriunda la mujer, se prohíbe usar cabinas de bronceado a menores de 14 años. Así que de comprobarse la acusación, Krentcil ya se la peló (la piel).