La gordura ha sido un tema discutido arduamente a lo largo de la historia. El filósofo griego Hipócrates, conocido popularmente como el Padre de la medicina, decía que la obesidad hacía que los hombres perdieran sus deseos sexuales y sufrieran de muerte súbita. Durante La Edad Media, las personas de “hueso ancho”, como solemos decir eufemísticamente, eran consideradas las más hermosas. La gente más poderosa en el Medioevo era la única capaz de comer hasta saciar sus glotonerías y comer y comer por placer. De ahí que se vinculó el hecho de ser gordo al de ser poderoso. Las cosas cambiaron durante el Renacimiento: ser obeso, entonces, se relacionaba con ser torpe. Las figuras que antes se relacionaban con poder y abundancia, ahora se veían como retratos de la decadencia, el vicio y la falta de actividad.

Al respecto, existen algunas expresiones que permean aún en nuestra cultura. Estar gordo era señal de bonanza económica y salud en los tiempos de nuestras abuelitas. “Pegarle al gordo” es una frase que se relaciona con un enorme golpe de suerte, específicamente, con ganarse la lotería “Como gorda en tobogán”, es un dicho que se utiliza cuando algo se deja caer de manera virulenta o se realiza un acto de manera estrepitosa. “Lo que no mata, engorda”, “más vale gordo que de risa, que flaco que de lástima”, y “hacer gordo el caldo” son algunas de las frases que oímos a menudo en México, país que lidera simultáneamente los índices de obesidad a nivel mundial y también de desnutrición.

El escritor peruano Mario Vargas Llosa consideró la gordura como “una enfermedad mental“, aunque quizá es algo más que eso. Como señala la periodista Catalina Ruíz-Navarro, la obesidad no es una patología en sí misma, sino un factor de riesgo para la aparición de enfermedades. (O lo que es lo mismo, hay personas gordas sanas, pero esa es harina de otro costal). De acuerdo con un estudio realizado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), más de dos tercios de la población de México, Chile y Ecuador tienen sobrepeso o padecen obesidad. Además de los problemas de salud que el sobrepeso puede traer consigo, la ONU indica que su proliferación también tiene altos impactos económicos, mismos que ascienden a miles de millones de dólares cada año.

El Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) del organismo internacional previó que si el fenómeno continúa durante las próximas seis décadas, la obesidad y el sobrepeso le costaría 13 mil millones de dólares a México; 3 mil millones a Ecuador; y mil millones a Chile. “Ahora presenciamos una tendencia preocupante en la que las comunidades más vulnerables presentan casos de desnutrición y sobrepeso de manera simultánea en las mismas familias”, declaró Miguel Barreto, director regional del WFP.

Foto: Bruno Vincent/Getty Images

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo existen 800 millones de personas que padecen de hambre crónica, al mismo tiempo que 70% de la población adulta mundial padece de sobrepeso u obesidad. Según la OMS, casi tres millones de adultos mueren al año debido a padecimientos relacionados con la obesidad. El reporte de la ONU indica que en México, 74% de la población de mujeres tienen sobrepeso u obesidad, mientras que 70% de los hombres están por arriba de su peso ideal. Los expertos indican que el fenómeno está vinculado al cambio de dietas, a la ingesta cada vez más cotidiana de productos procesados y altos en sal, azúcar y grasas, además del sedentarismo.

En noviembre de 2016, la diabetes, enfermedad relacionada con la obesidad, fue declarada en México como emergencia epidemiológica. Durante 2015, este padecimiento cobró la vida de alrededor de 98 mil personas, además de ocasionar cerca de 4 mil 500 amputaciones y 2 mil incapacidades permanentes. Según cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en el mismo año se destinaron 42 mil 776 millones de pesos para combatir la diabetes y se gastaron 8 mil 100 millones de pesos en tratamientos de insuficiencia renal. Se calcula que 10% de la población mexicana tiene diabetes y existen cerca de 5 millones de derechohabientes del IMSS que no han sido diagnosticados.  “Las implicaciones para el futuro de estos países es escalofriante, la desnutrición está bajando, pero se espera que la obesidad se convierta en la mayor carga social y económica en la región”, sentenció la WFP.

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