Para cerrar el mes de julio, Vogue España publicó un par de fotos de una sesión hecha entre la fotógrafa —considerada como una de las dinamizadoras del fotoperiodismo en el mundo— Annie Leibovitz, el presidente de Ucrania Volodymir Zelensky y la primera dama Olena Zelenska.

En el centro de esta sesión, que acompaña una entrevista realizada por Rachel Donadio, está Olena Zelenska y su papel durante la guerra entre Ucrania y Rusia.

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Foto: Brendan Hoffman-Getty Images.

Sin embargo, al mismo tiempo que Vogue España publicó las fotos en redes, la gente reaccionó en desacuerdo con las imágenes —el texto de la entrevista quedó medio de lado— o apoyando la decisión de esta pareja para aparecer en una revista especializada en la moda y el glamour.

Sobre todo por la forma en que lo hicieron.

Y toda esta conversación nos llevó a armar este texto que pues… lejos de decirles quién tiene la razón, ponemos sobre la mesa una reflexión sobre el papel del fotoperiodismo de guerra en la sociedad, la estetización de problemáticas y crisis, su impacto y cómo nos mueve, aunque a veces no nos demos cuenta.

La primera dama de Ucrania Olena Zelenska

“Al tiempo que la guerra de Ucrania entra en una nueva fase crucial, la primera dama del país, Olena Zelenska, se convierte en un actor clave: diplomática de primera línea y rostro del peaje emocional que está pagando su nación”.

Así es como Vogue España presentó la entrevista con Olena Kiyashko, quien tomó el apellido de Zelensky, adaptándolo al femenino según la tradición eslava —así lo explicó Donadio en esta especie de perfil que pueden leer AQUÍ.

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Foto: Brendan Hoffman-Getty Images.

Básicamente lo que hizo Vogue fue dedicar una edición especial para la pareja. Abrió sus páginas para dar a conocer cómo sobreviven Zelensky y Zelenska en tiempos de guerra, para charlar sobre su matrimonio y sus planes.

Ojo, no es el primer medio que a nivel internacional lo ha hecho. En junio, Le Monde también consiguió entrevistarse con la primera dama en Kiev, aunque el ruido mediático fue mucho menor.

Pero regresemos a esta edición: el énfasis del texto y las fotos recayó en la primera dama de Ucrania, descrita por Julie Pelipas, estilista, directora de moda y colaboradora de Vogue, como la representación de la mujer moderna ucraniana.

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Foto: @RachelDonadio

(De hecho, si le echan un ojo al texto, van a topar cómo el tema de la moda ocupa un papel importantísimo para la descripción que Rachel Donadio hace de Zelenska. Y cómo la misma autora describe la disonancia que hay entre tomarse un café con la primera dama en Kiev y estar a unos metros de Bucha, zona donde hubo una masacre a finales de febrero de este 2022).

Sin embargo, ¿qué sucedió? ¿Por qué la entrevista de Le Monde no tuvo el mismo impacto que la de Vogue España?

La polémica

Las fotos de Annie Leibovitz han jugado un papel central. Están moviendo los comentarios de aprobación y desaprobación en redes. Levantó la polémica por la composición de la imagen.

En especial, por dos fotos: una que muestra a una estilizada primera dama entre los escombros del aeropuerto Antanov de Hostómel, secundada por mujeres del ejército de Ucrania y titulada A paso firme.

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Foto: @VogueSpain

Y otra (Bajo tierra) que muestra a la primera dama secundada por un hombre, entre sacos de arena.

Hay otro par de fotos donde aparece la pareja abrazada o tomada de las manos. Pero justo las primeras se llevaron los cuestionamientos.

Muchas personas compartieron que no sabían qué pensar del propósito de estas fotos porque tenían un toque de frivolidad. Ya saben: las publica una revista especializada en el glamour y la moda y la imagen es el resultado de una composición que trata de hacer referencia al impacto de la guerra en un rostro representativo de Ucrania, pero al final de cuentas, todo estilizado.

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Foto: @VogueSpain

Otras más criticaron que en medio de los enfrentamientos, las muertes de civiles y el desplazamiento forzado, la pareja presidencial se dio chance de adornar un mensaje sobre los tiempos difíciles —que no dista mucho del turismo de guerra que, por ejemplo, vimos con unos legisladores de MC aquí en México.

Y en los miles de tuits también hubo espacio para que la extrema derecha francesa se subiera al tren y expresara su desacuerdo. Por ejemplo, este tuit de Florian Philippot del partido Los Patriotas, pro Frexit:

“Sesión de fotos glamorosa para Zelensky y su esposa. ¡Durante este tiempo, se les pide a los franceses que se desangren para enviarles armas, miles de millones y rechazar el gas ruso! ¿Quién sigue apoyando todo esto?”.

Del otro lado de la moneda, hubo quienes dijeron que nadie tenía el derecho de criticar“desde el sofá”— las fotos de Zelensky y Zelenska porque la pareja se estaba rifando en una guerra.

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“Olena Zelenska da un discurso ante los miembros del Congreso en el Auditorio del Centro de Visitantes del Capitolio de Estados Unidos el 20 de julio de 2022”. Foto: Getty Images.

Otros más vieron en la decisión de la primera dama y el presidente una muestra de valentía y humanismo, dando el visto bueno a que su mensaje llegara a más personas.

¿Qué pasa con las fotos?

Entre todos los mensajes cruzados —ya vimos que todo mundo tiene una opinión—, está el fotoperiodismo y claro, su impacto que podrían ser esos miles de tuits.

No los queremos marear con esto, pero está interesante. La escritora y filósofa Susan Sontag desmenuzó hace tiempo la función de la foto de guerra.

Y por acá retomamos un texto de David Rieff publicado en El País hace unos ayeres.

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“Ucranianos cruzan un camino improvisado a lo largo de un puente destruido mientras los residentes continúan huyendo de la ciudad el 8 de marzo de 2022 en Irpin, Ucrania”. Foto: Getty Images.

Ahí, el periodista, crítico cultural e hijo de Sontag analiza —a partir de los textos de la filósofa— la naturaleza del fotoperiodismo de guerra y qué rayos implica para nuestra sociedad.

Sontag cachó que las fotos de guerra tenían un problema de contenido ético. Y que necesitaban ser contextualizadas para que no perdieran lo poco que podían captar de la realidad de un conflicto.

La filósofa también expuso que estas fotos son aprovechadas por gobiernos, grupos políticos o ejércitos, que desplazan sus batallas en los medios de comunicación en un intento por legitimar sus acciones —invasiones y guerras, marcando una ideología.

Y con ello, rompen el objetivo que la fotografía tiene para ser un testimonio de los hechos.

En el caso de la sesión de la también guionista hay una construcción de su entorno mediante la foto, que puede o no distar de lo que realmente vive o cómo lo vive —aunque para reforzar el mensaje está el texto.

Lo cierto es que en las imágenes hay un discurso que nos lleva a una situación específica: el conflicto entre Rusia y Ucrania, visto desde el más alto poder ucraniano, construido por elementos (militares) que pierden de foco la gravedad y crueldad de la guerra que caen sobre las otras miles de personas que la viven.

Ah, ¿entonces la primera dama de Ucrania no puede contar su experiencia? Aquí la pregunta sigue siendo cómo y para qué —si es mediante las visitas habituales que las revistas de moda hacen en casas de políticos, sólo que en un contexto de guerra o mediante un testimonio directo.

Annie Leibovitz

En el caso de Leibovitz aunque trabaja en el mundo de la moda y del espectáculo, no es la primera vez que le entra a las fotografías de personajes políticos.

Por su lente pasó Mijaíl Gorbachov, quien fue líder de la URSS, o George W. Bush y su gabinete en la oficina Oval de la Casa Blanca, reunidos tras los atentados del 11S.

Las fotos son de tinte político, militar y nos hablan de contextos súper definitivos para la historia de la humanidad.

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“Annie Leibovitz en una expo en Londres, 2016”. Foto: Getty Images.

Algo similar pasó con las fotos de la primera dama, que en toda su estetización hacen referencia a un conflicto que hasta junio de 2022 dejó el saldo de cuatro mil 731 civiles muertos, casi seis mil personas heridas, más de 7.1 millones de desplazadas dentro de Ucrania y más de 5.6 millones de personas refugiadas en Europa, de acuerdo con ONU y ACNUR.

Además de 10 mil soldados ucranianos fallecidos y las 32 mil bajas en el ejército ruso, según información del gobierno de Ucrania y con corte al mes de junio.

Vogue

Mientras, Vogue igual protagoniza otra controversia por el armado de un contenido tan cuestionado como la foto de cuando blanquearon a Kamala Harris para una de sus portadas.

O la vez que omitió mencionar que la modelo Gigi Hadid donaría dinero para ayudar a personas de Ucrania y Palestina —ahí la revista se llevó las criticas por no mencionar a Palestina.

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Hola, soy Lucy Sanabria. Desde 2018 redacto y reporteo para Sopitas.com, con especial entusiasmo en temas de derechos humanos y LGBT+. En 2021 fui parte de la generación de la beca de Periodismo Incluyente...

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