México es un país de contrastes. Cuando fue el sismo del 19 de septiembre de 2017, la solidaridad entre ciudadanos no se hizo esperar. En la Ciudad de México, uno de las zonas afectadas, miles de personas se movieron para ayudar a quienes habían sufrido las consecuencias de un sismo que nadie esperaba. La ayuda duró meses, quizá los mismos que nos llevaron a julio de 2018, el mes más violento de todo el país con más de dos mil homicidios dolosos… No se trata de incongruencia o ironías, sino de una realidad a la que estamos sometidos desde un precepto cultural. 

Este contraste también se ve a través de la discriminación con sus cifras ya conocidas. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Discriminación (Enadis), 1 de cada cinco mayores de edad en México, durante 2017, fueron discriminados por motivos asociados a su religión, edad, pero sobre todo, a su apariencia física. Ni qué decir de las comunidades indígenas, las cuales han sido el centro de un problema estructural relacionado íntimamente con las brechas económicas de un país compuesto de casi 130 millones de personas. Los indígenas son discriminados por su color de piel, lengua, forma de vestir o acento… pero lo extraño llega cuando el mismo mexicano aplaude a Lorena Ramírez, una corredora rarámuri, cuando gana el tercer lugar en un ultramaratón en Europa.

Foto: Indio

Si necesitamos otro ejemplo de contrastes, está la famosa campaña “Orgullosamente Indio” de Cerveza Indio, que se ha visto envuelta en controversia por diversas razones que ponen por encima la discriminación.

¿Campaña para generar polémica? No.

De acuerdo con Gissele Villarreal, gerente de la marca Indio, el objetivo de la campaña no era generar polémica, sino crear conciencia sobre el discriminación que se vive en México, al tratar de darle la vuelta a una palabra que durante mucho tiempo se ha utilizado para insultar.

De este modo, se utilizó la palabra “indio” –usada en gran parte del país para insultar a las personas por su condición económica o color de piel– como centro de todo. Detrás de “Orgullosamente Indio” estaba la intención de darle otro significado a la palabra –que de por sí está mal empleada, ya que indio significa que procede de la India– que tiene una connotación negativa y además, por encima de todo, es el nombre de la marca de la cerveza. Pero la pregunta es: ¿por qué utilizar modelos o voluntarios de tez blanca para una campaña que busca evitar la discriminación hacia personas cuya apariencia física es similar a la de un indígena?

Villarreal explicó que la activación de cuatro días reunió a personas dispuestas a subir su imagen con la playera a sus redes sociales, pero la intención era presentar personas con diversos tonos de piel que se unieran a la campaña o movimiento. Sin embargo, las cosas no salieron como estaba planeado y las consecuencias se dieron en el rechazo hacia “Orgullosamente indio” y la suspensión de la actividad.

¿Hay una conclusión?

Sí, se trata de una campaña, con fines meramente comerciales, probablemente mal manejada pero no mal intencionada. Quizá deberíamos enfocar nuestra atención, precisamente, en la realidad de millones de mexicanos que forman parte de las estadísticas…

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