Todas las portadas de los discos que compramos (o que comprábamos) son adornadas por imágenes que nos ayudan a identificarlos. Algunas de esas imágenes pueden ser pinturas, otras pueden ser los mismos integrantes de la banda, y otras pueden ser fotos de gente que no tienen ninguna relación con el artista. Aunque no le pongamos mucha atención a la historia detrás de la portada de un disco, es fácil olvidar que las personas que aparecen en la portada de un producto artístico y comercial son gente de verdad. Quizás nadie los conoce por su nombre, pero gracias al éxito de un disco, estos se pueden volver famosos… para bien o para mal.
Uno de los casos desafortunados es el de David Fox. En 1996, Fox apareció en la portada de una banda recién formada en Londres llamada Placebo. El homónimo debut de Placebo fue lanzado por el sello Caroline Records, un 17 de julio de 1996. Gracias al sorprendente éxito de sencillos como “Nancy Boy” y “Teenage Angst” y el carisma de su andrógino vocalista Brian Molko, Placebo se transformó de la noche a la mañana en uno de los actos más prometedores del Britpop.
En la portada, David Fox era un niño de 12 años con cabello castaño que se jalaba los cachetes para simular un rostro afligido. También vestía un suéter rojo que le quedaba *un poco* grande. Según reporta el diario británico The Daily Mail, la tremenda popularidad del disco causó que todo mundo reconociera a Fox en la calle y que sus compañeros de la escuela se burlaran de él. El abuso y las agresiones fueron tan constantes que Fox se vió obligado a abandonar la escuela.
David Fox, catorce años después.
Fox cuenta que la foto fue tomada por un primo cuando este visitó a su familia. Sus parientes accedieron a ser retratados para que el primo practicara su oficio. Un mes después, el primo llamó a David por teléfono para avisarle que su foto sería la portada de un disco de rock.
Sin embargo, nadie pudo predecir el éxito del álbum o la reacción de la gente con la que convivía. La misma imagen de Placebo, su música y la popularidad que conlleva fueron a salpicar la vida de David Fox. Por consecuencia, su adolescencia se convirtió en una pesadilla.
Actualmente, David Fox es un chef desempleado de 28 años. Apenas puede sobrevivir con los ahorros de su familia y lo que puede sacar en trabajos informales. Fox culpa a Placebo por el giro desafortunado que dio su vida, y como el nunca consintió a prestar su imagen para la portada de un álbum, está listo para iniciar una demanda contra la banda. Por el otro lado, los agentes de Placebo indican que la demanda de Fox debe ser dirigida contra la disquera Virgin, ya que ellos son los que se encargan de distribuir el disco.
Existen algunas historias similares a esta, como la modelo que aparecía en la portada del segundo álbum de Vampire Weekend que demandó a la banda indie. A nosotros nos puede parecer una jugada oportunista de parte de los litigantes, pero hay que recordar aquel viejo proverbio que el éxito propio es medido por la desgracia del otro. La moraleja de esta historia: ¿Ten cuidado con las fotos que te toman? Difícil juzgar.