Hace diez años una noticia sacudió nuestras conciencias. El Pulparindo, uno de los dulces mexicanos más representativos y tradicionales, había sido prohibido en Estados Unidos por el Departamento de Salud Pública debido a los altos niveles de plomo que contenía la golosina. De acuerdo con un análisis realizado por autoridades sanitarias, nuestro sabrosito dulce de tamarindo excedía por diez puntos el nivel de plomo aceptado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus sigla en inglés). Dicho niveles, aseguraron en tierras del tío Sam, podían poner en riesgo la salud de los consumidores, en especial menores de edad y mujeres embarazadas. En México se acusó que la prohibición del producto obedecía a una “medida proteccionista” debido al éxito de esta golosina acidita. Alguien incluso justificó que el brócoli contenía más plomo que el pulparindo. En agosto de 2007, los famosos Miguelito y el Barrilito fueron incluidos en la misma categoría; se ordenó su retiro del mercado.

En México, estos dulces se siguieron vendiendo de manera normal. José Ángel Córdova Villalobos, entonces secretario de Salud, secundó la opinión de los empresarios e indicó que la prohibición de estos dulces en el gabacho se debía a motivos comerciales más que de salud. Matiana Ramírez Aguilar, entonces directora de Manejo de Riesgos de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), indicó en una entrevista con El Siglo de Torreón que estos dulces a base de sal, chile y tamarindo no se habían sacado de circulación debido a que no excedían los niveles de plomo permitidos en México. La funcionaria comentó que esas golosinas estaban exentas de sanciones, aunque estos productos sí podían producir intoxicación en caso de ser consumidos en cantidades excesivas. “Si me dicen que un niño se come 10 Miguelitos no hay por qué preguntar cuál es el riesgo porque la cantidad es tan grande que se puede intoxicar”.

Dicen que la historia es cíclica. A una década de este episodio se ha encendido una nueva alarma. Pero esta vez no proviene desde el vecino país del norte ni se trata de una “medida proteccionista”.

Detectan concentraciones de plomo en dulces mexicanos
Disney

De acuerdo con el estudio Lead in candy consumed and blood lead levels of children living in Mexico City del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), varios de los dulces mexicanos más consumidos en el país contienen altas concentraciones de plomo, lo cual podría afectar la salud y el desarrollo neuronal de los niños que los consumen. Los especialistas del INSP detectaron que estos caramelos rebasan los límites permisibles de esta sustancia según la FDA, el cual es de 0.1 partes por millón (ppm). En la lista se encuentran Rockaleta Diablo (0.70 ppm), Tiramindo (0.37 ppm), Ricaleta Chamoy (0.19 ppm), Tutsi Pop (0.13 ppm) e Indy Marimbas (0.22 ppm). La doctora Marcela Tamayo y Ortiz, autora principal del estudio, explicó en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, que los efectos del plomo en la salud no son visibles de manera inmediata, pero que producen consecuencias graves y permanentes.

La experta indica que el plomo se parece al calcio y muchas veces este metal tóxico puede sustituir sus funciones. Este puede depositarse en los huesos, quedarse ahí por dos o tres décadas, y galopar en el torrente sanguíneo en momentos de remodelación ósea. En esos casos se vuelve específicamente peligroso para las mujeres embarazadas, ya que el plomo es capaz de cruzar la barrera placentaria y poner en riesgo al feto. En el caso de los menores de edad, el plomo de los dulces puede sustituir al calcio durante el desarrollo neuronal. El calcio es el mineral más abundante que se encuentra en el cuerpo humano y es necesario para que el cerebro pueda hacer las conexiones necesarias para formarse adecuadamente. Cuando es suplantado por el plomo, se afecta el coeficiente intelectual. “Se calcula que a nivel poblacional, la exposición al plomo influye en la pérdida de hasta cinco puntos de CI“, relató Tamayo y Ortiz.

(Les ahorramos el chiste: “JAJAJAJA, los sopibecarios se jambaron muchos Pulparindos y Miguelitos cuando eran niños. Eso explica todo”).

Detectan plomo en dulces de alto consumo en México

Los efectos del plomo en la salud son irreversibles (entonces no se puede). Pero de acuerdo con la doctora Tamayo y Ortiz, una alimentación sana podría reducir la absorción de este metal pesado y, así, las posibilidades de desarrollar una enfermedad renal, motora, o de otro tipo, en la vida adulta (entonces sí se puede). Según la catedrática, es menos factible que el plomo se quede en los huesos de un niño con buenos niveles de hierro, calcio o zinc. La epidemióloga ambiental relató que esta investigación surgió a raíz de estudios realizados en Estados Unidos; los sistemas de monitoreo detectaron a niños con altos niveles de plomo en la sangre gracias al consumo de dulces hechos en México. “Debemos destacar que no hay nivel seguro de plomo para el cuerpo. Desgraciadamente en el país no hay un sistema de monitoreo para conocer las concentraciones de plomo en la población“, remató la también catedrática del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

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