Tal como fue acordado, ayer por la tarde estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN) entregaron las instalaciones que por más de dos meses tuvieron resguardadas ; no obstante, no fue el total de ellas, sólo 37 de los 41 planteles.
Aún están pendientes por levantar el paro el Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos Cecyt 15, la Escuela Superior de Enfermería y Obstetricia (ESEO) y la Escuela Superior de Comercio y Administración (ESCA) unidades Santo Tomás y Tepepan; la entrega de estas escuelas será en el transcurso de este día y el lunes, reporta Milenio.
Sin embargo, en La Jornada se informa que dos asambleas expresaron su negativa a levantar el paro. Se trata de la Escuela Superior de Comercio (ESCA) y la Superior de Enfermería de Obstetricia. En la primera la razón fue el asesinato de la estudiante de Edith Gutiérrez, quien fue asesinada entre el miércoles y jueves de esta semana. La segunda escuela prorrogará su paro por unos días más debido a su unión a la demanda colectiva presentada ante autoridades de salud respecto a la profesionalización del personal de enfermería, esta situación –señalaron los estudiantes- no pone en riesgo el regreso a clases, el cual sucederá el próximo 7 de enero.
Por otra parte, hasta el momento las autoridades no han ofrecido un reporte final de la entrega de las instalaciones. Luego de que los miembros de la Asamblea General Politécnica levantaron el paro realizaron una reunión en la Plaza Roja de Zacatenco y ahí externaron su pesar por la muerte de dos estudiantes politécnicos (Edith Gutiérrez y Ohtokani Amacui Germán Medina). Además, señalaron que el movimiento estudiantil no desaparecerá:
“El Politécnico seguirá en pie de lucha hasta que nuestras demandas se vean satisfechas en su totalidad, y aún después de ello, porque sabemos que el IPN no es un ente aislado de lo que acontece en el país. Hacemos un llamado a todo el pueblo para que se organicen y que juntos construyamos ese México que queremos, donde la desaparición de normalistas no quede impune, donde se respeten las autonomías de las universidades, donde seamos libres de escoger a nuestros directores, pero sobre todo, donde no se crea que ser estudiante es más peligroso que ser narcotraficante”.