En la búsqueda de la imagen más cotorrona, hemos visto cómo muchas personas arriesgan el físico o la dignidad, pero ésta es una dura forma de aprender a no hacerlo.
El gusto por los trenes y la imagen se le fueron muy pronto a este chavo, cuando al intentar tomarse un pequeño video a sí mismo, un tripulante de la máquina le acomoda las amalgamas de un tremendo patadón.
No muy avispado, el joven sólo alcanza a decir lo evidente: “Wow, that guy kicked me in the head”.
Por estas imágenes nos damos cuenta que hay que hacer caso a las indicaciones: no hay que rebasar la línea amarilla y aun cuando ésta no exista, no es buena idea estar demasiado cerca del camino de una máquina en movimiento.