El pasado viernes 16 de junio, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) presentó por primera vez los resultados de su estudio sobre movilidad social intergeneracional. El presidente del organismo, Julio Alfonso Santaella Castell, compartió el ejercicio a través de su cuenta de Twitter acompañado de la frase: “las personas con piel más clara son directores, jefes o profesionistas; las de piel más oscura son artesanos, operadores o de apoyo“. La afirmación de Santaella Castell estaba sustentada en el mismo estudio, el cual arrojó que sólo 10% de las personas que se autoclasificaron en las tonalidades de piel más clara, no tienen escolaridad alguna, mientras que la cifra se eleva a poco más del doble de las personas que se autoclasificaron en tonalidades del piel más oscuras. “Mientras más oscuro es el color de piel, los porcentajes de personas ocupadas en actividades de mayor calificación se reducen. Cuando los tonos de piel se vuelven más claros, los porcentajes de ocupados en actividades de media y alta calificación se incrementan”, concluye el estudio.

El tuit del economista provocó varias reacciones. Incluso hubo quienes consideraron que su publicación era racista en sí misma. Claro, sin tomar en cuenta que dicha aseveración tomaba como base al estudio. Una de las personalidades más ofendidas fue el comunicador David Páramo, quien criticó a Santaella Castell y catalogó su mensaje como “racista” e “inaceptable” (en este enlace pueden escuchar las declaraciones que hizo en su programa de radio). Páramo, colaborador de Grupo Imagen, indicó que el tuit del presidente del INEGI “echó a perder” el ejercicio realizado por el instituto con sus declaraciones. Páramo también declaró que el instituto de estadística no debería hacer juicios de valor ni interpretaciones de las cifras que recaba. “En un país mestizo donde la mayoría son de tez morena, hacer este juicio de valor es inadmisible por parte de un funcionario”.

El comunicador hizo énfasis en que el presidente de la República Mexicana, Enrique Peña Nieto, es de tez morena… Lo cual invalida, según su apreciación, el argumento que presentó Santaella. El comunicador siguió con el sarcasmo y empezó a soltar nombres de otros políticos como Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Monreal, Alejandra Barrales o Juan Zepeda. Páramo ironizó y comentó que, según lo dicho por el presidente del INEGI, ninguno de estos personajes tendría aspiraciones mayores por el color de su piel.

Santaella contestó que sólo estaba haciendo referencia a los resultados del estudio, además de señalar que esta es parte de nuestra realidad social.

Al hablar sobre el tema en el programa del periodista Ciro Gómez Leyva, Páramo volvió a utilizar los mismos argumentos. Gómez Leyva aseguró estar de acuerdo con la postura del especialista en finanzas “al 100%”.

Páramo relató que a él nunca le han preguntado sobre su color de piel u ojos a la hora de ir a una entrevista de trabajo. Y sacó otros ejemplo: como que Carlos Slim es un gran empresario y es moreno. Y que hay otros empresarios exitosos que son morenos (durante su intervención no se acordó del nombre de otro). El especialista en finanzas se echó alguna otra joyita por ahí, como afirmar que los mexicanos somos más racistas que los estadounidenses en la década de los cincuenta. “Este es un país de morenos. Somos morenos. Es más, somos cafés. Seamos felices de ser cafés (…) ¿qué? ¿ahora ya todos queremos tener un hijo guërito, no?”, señaló el comunicador en su disertación. Y entonces vinieron las críticas a su apreciación.

El economista y académico Gerardo Esquivel fue uno de los que explicaron mejor la indignación sobre las palabras de Páramo.

El economista Luis Monroy-Gómez-Franco explicó la movilidad social, a la cual hace alusión el estudio, a través de un par de gráficas:


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