Lo que necesitas saber:

¿Qué es el ozono? ¿cómo se forma? ¿qué tanto daño nos hace respirarlo?

Estamos en plena temporada de ozono en CDMX. De hecho en febrero nos chutamos la fase I de contingencia por este contaminante más intensa y más larga de los últimos años en la Zona Metropolitana del Valle de México.

Pero ¿qué es el ozono? ¿qué tanto daño nos hace respirarlo? ¿cómo se produce? ¿las fases de contingencia son efectivas?

Así se vio la contaminación durante la contingencia más larga en los últimos 5 años en CDMX.
Foto: Graciela López de Cuartoscuro

Para entender un poco más de cómo se comporta este contaminante y cómo se produce, en Sopitas.com platicamos con el Dr. Omar Amador Muñoz, investigador titular en el Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM.

¿Qué es el ozono?

Primero, este no es el ozono que nos protege de la radiación del espacio exterior. En altitudes entre 25 y 50 kilómetros de la superficie terrestre está la capa de ozono, un filtro natural que nos protege de los rayos ultravioleta emitidos por el Sol. Esta capa está en la estratósfera.

Pero el ozono troposférico es el que se forma a nivel de superficie y es un contaminante muy preocupante por los impactos negativos para la salud en el ser humano. Incluso en la vegetación.

Foto: Life Healtland

Estamos hablando de un contaminante llamado secundario, producto de las reacciones entre hidrocarburos y óxidos de nitrógeno en presencia de luz solar, a una temperatura mayor a 20 o 23 grados“, nos explica el doctor Amador Muñoz.

Un contaminante primario es el que se emite directamente desde una fuente específica hacia la atmósfera. Un secundario se origina cuando los contaminantes primarios reaccionan en la atmósfera a cierta temperatura y radiación solar.

Ahora, hay que agregar que por la geografía del Valle de México, que parece una cazuelita casi sin viento, se propicia la acumulación de contaminantes. Eso y demás condiciones atmosféricas propias de la temporada que esas sí no se pueden controlar.

El experto nos explica que hay muchas fuentes que emiten los precursores del ozono como son los carros, las distintas industrias y también actividades del día a día que llevamos a cabo desde casa. 

Ay, no: Contingencia ambiental navideña en Toluca
Foto: Cuartoscuro

Todo esto sumado resulta en la producción constante de un contaminante bastante dañino, sobre todo en el periodo entre febrero y mayo que justamente se llama temporada de ozono.

¿Qué tal nos va a ir en este 2024? De acuerdo con el pronóstico del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y la Secretaría del Medio Ambiente de la CDMX, en este 2024 tendremos más o menos entre 3 y 8 contingencias ambientales por ozono.

En cuanto a las olas u ondas de calor, el SMN prevé que tengamos que rifarnos 5 entre marzo y junio.

¿Qué tanto daño nos hace respirar ozono en CDMX?

Para entender cuáles son los efectos de la contaminación por ozono en el cuerpo humano nos echamos una buena platicada con José Horacio Tovalín Ahumada, doctor en Salud Pública y profesor de tiempo completo en la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza de la UNAM.

El experto nos explica que el ozono es un gas irritante que no se combina bien con el agua. Entonces las mucosas y los líquidos que encontramos en todo el tracto respiratorio no lo pueden retener por completo y llega hasta los alveolos en los pulmones. Digamos, la parte más profunda del sistema respiratorio.

Un diagrama que muestra los alveolos de los pulmones.
Foto: Lifeder

El ozono hasta allá puede producir irritación que favorezca procesos de inflamación crónica.

Todos en la ciudad tenemos cierto grado de irritación en los bronquios que con el tiempo pudiera llegar a desarrollar una bronquitis, por ejemplo“, afirma el doctor.

Claro que no podemos asegurar que todas las personas que vivimos en la CDMX desarrollaremos secuelas graves, eso depende de muchos otros factores que también se tienen que considerar y valorar por un especialista.

Pero ¿qué ocurriría con el ozono en el tracto bronquial? Bueno pues con la irritación podría incrementar la secreción de mucosa y se nota más, por ejemplo, en las personas que tienen alergias. A eso hay que sumarle la irritación en los ojos que a veces detectamos. 

Si por desgracia soy asmático, que es algo muy frecuente en los niños, entonces esa irritación me va a facilitar que tenga un cuadro asmático, a lo mejor ligero pero también a lo mejor muy importante“.

El doctor en Salud Pública afirma que los efectos en la salud se dividen en dos principales tipos: agudos que son a corto plazo y crónicos.

Los efectos agudos son esa irritación, la molestia que uno siente cuando sale a la calle y hay un día de contingencia con niveles altos de ozono, por ejemplo. Y el efecto crónico sería esa inflamación crónica.

Hay algo que se llama estrés oxidativo. Al entrar un irritante, el cuerpo para defenderse desencadena un mecanismo que se llama inflamación. Cuando la entrada del contaminante es constante, entonces esa inflamación se vuelve crónica y tienes efectos que pueden favorecer el desarrollo de una enfermedad pulmonar obstructiva crónica, que es bronquitis crónica“, señala el docente de la FES Zaragoza.

Así se ven pulmones sanos frente al EPOC.
Foto: Advocate Health Care

Además hay otro efecto crónico de la contaminación por ozono para las personas que tienen cardiopatías. No les causa la afección pero sí puede actuar como un agravante. 

La contaminación ambiental y las secuelas por COVID-19

A nivel mundial todavía no podemos decir que le ganamos la batalla al COVID-19. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), al menos 15 millones de personas murieron en todo el mundo a causa de esta pandemia entre el 1 de enero de 2020 y el 31 de diciembre de 2021. 

Y se ha hablado bastante que las personas que se recuperaron de la infección por COVID-19 experimentan secuelas a largo plazo, entre las que se encuentran el daño pulmonar.

Si el cierto nivel de daño pulmonar se combina con la contaminación ambiental ¿qué consecuencias tiene?

daño-pulmonar-covid-coronavirus
Foto: Getty Images

En mayo de 2021 investigadores mexicanos publicaron un artículo sobre la relación entre la mortalidad por COVID-19 y la contaminación atmosférica en varias ciudades mexicanas.

¿Qué encontraron? Bueno hubo un incremento significativo de 3.5% en la tasa de mortalidad por COVID-19 ante la contaminación ambiental por dióxido de nitrógeno, uno de los principales contaminantes entre los varios óxidos de nitrógeno que a su vez son precursores del ozono.

“Hay muchas personas que quedaron con algún tipo de escuela y muchos no lo saben porque quizá no tienen síntomas tan severos o la sensación muy fuerte de falta de aire”.

El doctor José Horacio Tovalín nos cuenta que han estado haciendo algunos estudios en centros de trabajo, identificando a muchas personas jóvenes con hipoxia, o sea niveles bajos de oxígeno, y que tienen como antecedente en común el COVID-19.

Probablemente el daño pulmonar no sea tan grave y puede tener una recuperación con terapia y un monitoreo adecuado pero en algunos casos, con más complicaciones y mas graves, podría desarrollarse fibrosis pulmonar. 

Así se ve la fibrosis pulmonar.
Foto: Info-farmacia

Para no ser muy técnicos, digamos que los pulmones tienen lesiones por la inflamación y se hace como una cicatriz que disminuye la capacidad pulmonar porque el tejido ya no se expande como debería, le resta capacidad elástica.

¿Qué podemos hacer ante la contaminación por ozono?

Uno podría pensar: bueno si hoy hay contingencia ambiental por los altos niveles de algún contaminante y tengo que salir, me pongo un cubrebocas y listo. La cosa es que no sirve de mucho.

El ozono es un gas cuyas moléculas son tan pero tan pequeñas que se pueden filtrar con facilidad en los poros de la tela de un cubrebocas. Algunos tipos, especializados, podrían servir para ciertas partículas suspendidas pero para el ozono es más complicado.

En todo caso tendríamos que usar mascarillas de uso industrial que nos protegieran verdaderamente de respirar ozono… ¿entonces? El Dr. José Horacio Tovalín Ahumada comparte algunas recomendaciones:

UNAM y cubrebocas: ¿Cuál es la situación del COVID según la Secretaría de Salud en México?
Foto: Andrea Murcia-Cuartoscuro.
  • Tratar de no salir de casa al menos entre la 1 y las 6 de la tarde en un día en que los niveles de ozono sean elevados
  • Ni de chiste hacer actividad física al exterior, sobre todo en ese horario y si es posible en todo el día
  • Evitar los eventos y actividades al aire libre
  • El cubrebocas no sirve de mucho ante el ozono
  • Si tenemos una afección de salud respiratoria es muchísimo más importante quedarse en casa. Lo mismo para niños y personas adultas mayores
  • Si tuvimos COVID-19 o alguna afección en el tracto respiratorio, hay que tener un monitoreo de salud recurrente. Aún si no, consultar a un experto en salud de manera recurrente.

Y en este punto el experto pone un ejemplo bastante interesante. Hay muchas personas que prefieren el uso de la bici para moverse al trabajo o a la escuela porque, claro, es mucho más sano y menos contaminante.

Ciclistas en la Ciudad de México.
Foto: Cuartoscuro

Pero en días en que hay contingencia por ozono resulta contraproducente. El ciclista está haciendo esfuerzo, por lo que respira más rápido y más profundo inhalando más ozono.

Las fases de contingencia para evitar que los contaminantes aumenten

De acuerdo con la Dirección de Monitoreo Atmosférico de la CDMX en lo que va del 2024 (los 79 días entre el 1 de enero y el 20 de marzo) solo se han registrado 8 días limpios en la Zona Metropolitana del Valle de México. Un 10% de días limpios.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la contaminación del aire es uno de los mayores riesgos ambientales que existen para la salud. Solo para que nos demos una idea: cada año se asocian 6.7 millones de muertes prematuras mundiales a esta causa.

Por allá de 2015, la Asamblea Mundial de la Salud acordó una resolución sobre que la contaminación del aire es un factor de riesgo de enfermedades no transmisibles como la cardiopatía isquémica, los accidentes cerebrovasculares, enfermedades pulmonares obstructivas crónicas, asma y cáncer.

Es por eso que existen parámetros globales sobre la calidad del aire que establecen los límites máximos de partículas PM2.5 y PM10, ozono, dióxido de nitrógeno, dióxido de azufre y monóxido de carbono.

Para el ozono, por ejemplo, es un máximo de 100 microgramos por metro cuadrado en un periodo de 8 horas. Y tomando en cuenta estos parámetros es que existen las fases de contingencia.

Se trata de medidas que toma el gobierno para prevenir, alertar a la población y al sector productivo para que dejemos de emitir los precursores del contaminante y que eviten estar al aire libre, previniendo concentraciones más altas“, nos explica el Dr. Omar Amador Muñoz, investigador titular en el Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM.

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Foto: Cuartoscuro

Es decir, la idea es que ya no se sigue emitiendo y contaminante para que no se siga incrementando el ozono y que al día siguiente estemos peor“. Claro que, como mencionamos anteriormente, también dependemos de las condiciones atmosféricas para su dispersión.

Y en todo este contexto es importante mencionar la investigación que el Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático llevó a cabo con apoyo de la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología y Innovación de la Ciudad de México.

Si bien de manera histórica sabíamos que los carros y la industria son las principales fuentes de contaminación… ¿son las únicas? Los investigadores de la UNAM buscaron más fuentes que contribuyen de manera importante y colectiva.

Uno de estos ejemplos son los productos que se utilizan en los hogares, los productos de limpieza, los aromatizantes o pinturas base de aceite, los impermeabilizantes, etc. Esos que de cierta forma contienen hidrocarburos que se liberan al usarlos en el hogar, eventualmente salen al aire, al ambiente extra muro y reaccionan con otros contaminantes para formar ozono“, explica el experto.

La idea entonces fue buscar otras fuentes para dar evidencia a las autoridades y que tengan herramientas para, eventualmente, controlar estas fuentes de emisión e incluirlas en las fases de contingencia, así como los doble Hoy no Circula para los carros.

Y como en el caso de las afectaciones a la salud ¿qué podemos hacer los ciudadanos de a pie para contribuir en menor medida a la formación de ozono?

  • Cuidar que no haya fugas de gas LP en casa. Que además es muy peligroso 
  • Minimizar el uso de pinturas base aceite o cambiar a base agua 
  • Usar de manera consciente el vehículo, compartir viajes con los vecinos, etc. 
  • Mantener el carro en buenas condiciones 
  • Evitar el uso de sprays 
  • Reducir el uso de limpiadores de piso y aromatizantes. Solo la cantidad necesaria

Si quieren conocer mucho más del proyecto y de las investigaciones sobre contaminación ambiental por ozono, acá les dejamos esta serie documental.

Ahora ¿cómo funcionan las contingencias ambientales en el Valle de México? Por acá mero les dejamos una guía.

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Yo soy Gabriela Espinosa, pero díganme Gaby, si no siento que me regañan. Trabajo como reportera y redactora en Sopitas.com desde 2018 y desde entonces me enfoqué, en su mayoría, en hard news. En diciembre...

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