Luego de varios cambios de sede y fecha, el viernes 4 de octubre por fin se realizó el tan anunciado concierto de Crystal Castles en la Ciudad de México.
El José Cuervo Salón recibió a muuuchos fans del proyecto canadiense, los asistentes estaban muy entusiasmados y listos para ser parte de una gran fiesta.
Con el foro casi lleno y después de un acto abridor, Crystal Castles salió minutos antes de las 22:30 horas para calmar a un público impaciente que ya había esperado un buen rato por su llegada.
El primero en arribar al escenario fue Ethan Kath, quien comenzó a crear sonidos que sirvieron como introducción a “Plague”, tema con el que los fans del grupo empezaron a saltar inmediatamente, para no dejar de hacerlo durante el resto de la presentación.
Alice Glass se adueñó del escenario desde el primer momento en el que lo pisó, la sola presencia de la extrovertida cantante fue más que suficiente para alborotar a la mayoría de los presentes, quienes siempre se mantuvieron atentos a todo lo que ella hacía, al mismo tiempo que gritaban, cantaban y bailaban.
La música del grupo no estuvo acompañada por ningún tipo de visuales y la verdad es que no hicieron falta debido a que bastó con algunas luces que cambiaban para crear diferentes atmósferas, así como con las acciones inesperadas de Glass, para complementarla.
Conforme avanzó la noche, sonaron canciones como “Suffocation”, “Wrath of God”, “Crimewave”, “Telepath”, “Alice Practice”, “Black Panther”, “Celestica”, “Doe Deer”, “Sad Eyes” y “Not in Love”, con la que todos enloquecieron en el que fue uno de los mejores momentos del concierto.
Ver en vivo a Crystal Castles es una experiencia que vale la pena, pero es un show aparte ver todo lo que su vocalista hace durante la presentación: bailó, se contorsionó de manera extraña al ritmo de la música, se tiró al suelo, saltó por todos lados, sacó una botella de whisky y bebió directamente de ella, se subió en una de las consolas y también se paró sobre la barrera que divide al público del escenario; en resumen, supo cómo llamar la atención.
Los músicos abandonaron el escenario y regresaron al mismo a los pocos minutos para cerrar la velada con “Empathy”, “Intimate” y “Yes No”.
Al final, los fans de Crystal Castles salieron sudados, cansados, algunos posiblemente golpeados debido a lo intensa que se puso la cosa hasta adelante y totalmente complacidos después de estar en un buen concierto en el que lo único malo fue que el audio se saturó en uno que otro tema.
