La fracción VI del artículo 16 de la Ley General para el Control del Tabaco en México establece que está prohibido comerciar, vender, distribuir, exhibir, promocionar o producir cualquier objeto que no sea producto del tabaco pero que contenga algún elemento de la marca, diseño o señal auditiva que lo identifique como un producto del tabaco.
¿En español? Prohiben la venta de cigarros electrónicos, vapeadores y productos similares que no contengan tabaco pero que parezca que sí.
Este 19 de octubre, al resolver un enredo entre la Primera y la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), el Pleno determinó que el artículo mencionado es inconstitucional. Es decir, que una prohibición absoluta y categórica para la venta de esos productos va contra la libertad de comercio.
¿Significa que ya se pueden vender? No. Aquí hay que tener cuidado, la Corte solo determinó que la prohibición absoluta va contra la Constitución, pero no se pronunció a favor de permitir la comercialización de cigarros electrónicos.
Está prohibida su importación, además de su venta
El 19 de febrero de 2020, por decreto presidencial, el Gobierno de México prohibió la importación de cigarros electrónicos con el argumento que evitar que el daño en la población, especialmente en los jóvenes, sea irreversible. Aunque en un inicio fue total, meses después se autorizó la importación pero solo de dispositivos electrónicos para calentar tabaco, los demás siguen prohibidos.
En nuestro país, desde 2008, está prohibida la venta de cigarros electrónicos, fecha en que se publicó la Ley General para el Control del Tabaco.
En varias ocasiones, la Organización Mundial de la Salud se pronunció respecto a los cigarros electrónicos o los dispositivos vaporizadores: pueden contener niveles sustancias tóxicas y compuestos cancerígenos y, en ocasiones, pueden ser peores que fumar un cigarro tradicional.
El uso constante de estos dispositivos afecta directamente a los pulmones y el corazón. Pero va de nuez, la Suprema Corte solo se pronunció en contra de su prohibición absoluta de venta, no sobre si es bueno o no su uso, ni mucho menos a favor de su venta.