Clarence Thomas es un nombre que no debes olvidar porque se trata de un juez de Estados Unidos que amenaza con “revisar” derechos como el matrimonio igualitario o la compra de anticonceptivos. También está seguro de que las vacunas contra COVID son fabricadas con “niños abortados”.
Clarence Thomas, el juez de EUA que cree que las vacunas COVID son hechas con fetos
Lo sabemos, a estas alturas es difícil que algo que venga de la Corte Suprema de Estados Unidos nos sorprenda, pero como verás, se las ingenian para superarse a sí mismos. Clarence Thomas afirmó que las células de fetos sirvieron para desarrollar los biológicos con que hemos enfrentado la pandemia, y lo hizo por escrito.
Sucede que varios médicos presentaron un caso que llegó al más alto Tribunal de la Unión Americana. Demandaban que se anule el mandato de vacunación en Nueva York debido a que su religión se opone a la aplicación de vacunas.
La mayoría de los magistrados desestimaron la demanda, pero Clarence Thomas no lo hizo. De hecho, él realizó un escrito donde pidió al resto de la Corte escuchar la demanda de los médicos, y fue entonces cuando aseguró que las vacunas COVID “se desarrollaron utilizando líneas celulares derivadas de niños abortados”. Que por eso su religión se opone a ellas.
Para el juez Thomas —quien fue nominado para ese puesto por el presidente Bush, padre, hace más de 30 años— la demanda del grupo era “válida” ya que argumentaron que la exención religiosa está protegida por la Constitución de los Estados Unidos de América, según publica la Agencia EFE.
Votó en contra del aborto y va por más
Clarence Thomas fue uno de los seis jueces que votaron a favor de derogar el derecho al aborto en EUA el pasado 24 de junio. Luego de eso, como te decía, puso sobre la mesa la idea de echarle un ojo a otras tres históricas sentencias de la Corte Suprema conocidas como Griswold, Lawrence y Obergefell.
La primera es la sentencia que permitió comprar anticonceptivos sin la intervención del gobierno. La Lawrence v. Texas (2003) es la que permitió las relaciones entre personas del mismo sexo, además de prohibir que existieran delitos arcaicos como “sodomía”. La tercera, la Obergefell v Hodges (2015), permitió el matrimonio igualitario en Estados Unidos.
Vaya personaje el que tienen revisando los derechos de las personas por esos rumbos.
