Y en noticias que le gustan a Hugo López-Gatell: directamente desde uno de los epicentros de la variante Ómicron del COVID-19 llega información que baja un poco la alarma que se ha desatado en todo el mundo.
Aunque, OJO, hay que seguir al pendientes y sin relajar las medidas de prevención, ya que apenas se está analizando el impacto de la nueva variante. Sobre todo en lo que tiene que ver con su transmisión.
Ahora sí, una vez hecho el respectivo “disclaimer”… pues resulta que la doctora Angelique Coetzee señaló que los pacientes contagiados con la variante Ómicron del COVID-19 han presentado síntomas leves. De hecho, todos han sido tratados en casa.
“¿Y qué puede saber esa señora?”, dirán todos los empecinados en que ya se declare la catástrofe y se acepte la ineficacia de las vacunas. Pues bueno, la doctora Coetzee es nada menos que presidenta de la Asociación Médica Sudafricana y la primera especialista que alertó sobre la variante COVID-19 en Sudáfrica.
“Lo que estamos viendo ahora en Sudáfrica, y recuerden que estoy en el epicentro, es extremadamente leve“, aseguró Coetzee. “No hemos hospitalizado a nadie aún. He hablado con otros colegas y el panorama es el mismo”.
La doctora Coetzee explicó a medios internacionales que todo esto de la variante Ómicron empezó el 18 de noviembre con un paciente de 30 años que llegó a consulta con síntomas de cansancio y dolor en el cuerpo.
“Los síntomas en esa etapa estaban muy relacionados con la infección viral normal. Y debido a que no hemos visto COVID-19 durante las últimas ocho a 10 semanas, decidimos hacer la prueba”… la cual dio positivo, lo mismo que las pruebas realizadas a los familiares.
A partir de ese caso, el número de pacientes con la nueva variante del COVID-19 se fue incrementando no sólo en Sudáfrica, sino en el mundo entero. Al punto que la Unión Europea ya suspendió los viajes procedentes de África y en Canadá ya se tienen confirmados los primeros dos casos.
¡Chaz! La Unión Europea cancela vuelos con África por variante B.1.1.529 de COVID
Angelique Coetzee comentó que, a diferencia de los pacientes con la variante Delta, los de la Ómicron no presentan pérdida de olfato o gusto. Tampoco presentan caída importante en los niveles de oxigenación.
“El síntoma clínico más predominante es la fatiga severa durante uno o dos días. Con ellos, el dolor de cabeza y el cuerpo duele y duele“, comentó a Reuters.
¿Alguna otra cosa? Sí. Con base en los casos que le ha tocado ver, Coetzee puede decir que la nueva variante afecta más a las personas de 40 años para abajo… y a los no vacunados: casi la mitad de casos son de personas que no han sido inmunizadas.