Chelsea vs Bayern Munich, la final de la Champions League fue tan espectacular que ni los líderes del G8 se resistieron a suspender las sesiones del foro económico para ver a los Blues levantar la orejona.
La imagen anterior muestra el rostro de Barack Obama, el primer afroamericano en la Casa Blanca; David Cameron, el primer ministro británico; Angela Merkel, la canciller alemana y Francois Hollande, el presidente de Francia; en el momento exacto en que Didier Drogba se encarga de anotar el penal que le dió el triunfo al Chelsea.
Usted puede inferir que a Hollande el fútbol le importa un carajo, Merkel tiene la expresividad de una toalla, Obama es bien buena onda y le va al que gane y Cameron, en caída libre de popularidad entre sus compatriotas por la crisis y el desempleo, tiene pocas cosas más que celebrar que el triunfo del Chelsea, el equipo del multimillonario ruso de origen judío Román Abramóvich.
Luego del final Cameron y Merkel se abrazaron, como debe de ser y es politícamente correcto: