Habiendo tantos, pero tantos remedios para remover granos, espinillas, mezquinos o verrugas, ¿por qué no mejor agarrar una escopeta y dispararnos donde tenemos el desperfecto?
Pues esa solución final fue por la que optó un hombre de 38 años conocido como Sean Murphy que vivía desde hace cinco años con una verruga en un dedo de la mano. Intentó de todo: cremas, fue a la farmacia en busca de alguna cura, también con médicos y nada. La verruga permaneció intacta.
Ante los momentos de dolor, incomodidad y sufrimiento que la lesión cutánea le provocaba, tuvo una “idea”: robó una escopeta y se disparó en el dedo para eliminar la verrugua. Eso sí, pa’ agarrar valor, decidió ponerse hasta las manitas con pura cerveza para “anestesiar” todo su cuerpo.
El problema cutáneo del señor…
¡PUM! Se disparó, el dolor desapareció, pero su dedo quedó irreconocible. Y aquí viene la parte más absurda: ahora tiene problemas legales por robar un arma, además de la perdida de su empleo por incapacidad tras el incidente con su dedo.
¿Quiobo?