¡El tenis tiene a una nueva reina! Ashleigh Barty se coronó campeona de Wimbledon 2021 al vencer 6-3, 6-7 (4-7), 6-3 a la checa Karolina Pliskova. Curiosamente, hace 10 años la australiana también consiguió el título en este torneo, pero en la categoría junior.
Barty y Pliskova nos regalaron la primer final femenil de Wimbledon con 3 sets desde 2012, cuando se enfrentaron Serena Williams y Agnieszka Radwańska. El partido tuvo de todo, desde un cardiaco tiebreak, errores en la red y emociones a flor de piel.
Y no es para menos, ya que Ashleigh Barty ganó su segundo Grand Slam con antecedentes impresionantes: hace 7 años dejó el tenis y se convirtió en jugadora de cricket para finalmente descubrir que su pasión está en el césped, la arcilla o las canchas duras del deporte blanco.
Ashleigh Barty y el cricket
Con 18 años de edad y un título junior en Wimbledon, la australiana decidió hacer una pausa en su carrera en el tenis. Después de descubrir que había caído en cierta monotonía, dejó el circuito de la WTA para incursionar en el cricket.
“Me encantaba el tenis, pero en cierto modo me alejé de lo que realmente quería hacer. Se convirtió en el algo robótico para mí y eso no es lo que quería. Si seguía en ese camino, acabaría totalmente desviada de mis objetivos. Era el momento adecuado de alejarse y tomarse un respiro“, reveló en entrevista con Fox Sports.
Robert y Josie, sus padres, fueron testigos de esta transición. El padre de la tenista reveló en algún momento que ella ya no era la misma cuando estaba en las canchas: “Estaba triste todo el tiempo. Le dije a mi esposa que debíamos asegurarnos de que Ashleigh fuera feliz. Nos encanta el tenis, pero verla feliz y divertiste fue mejor a que jugara infeliz“.
El periodo de reencuentro consigo misma, llevó a Ashleigh Barty a su natal Australia. Durante la temporada 2015, se incorporó al Brisbane Heat de la Wimen’s Big Bash League y el entrenador Andy Richards le auguró un gran futuro con selección nacional, aunque las decisiones y el futuro de la jugadora volvieron al deporte blanco.
Ese reencuentro con la pasión y la emoción del tenis, llevó a Barty a lo más alto. Hoy en día es la número uno del mundo en el ranking de la WTA, ya presume dos títulos de Grand Slam -el primero en Roland Garros- y promete hacer historia durante muchos años más.
