Su nombre es Ana Gabriela López Ferrer y forma parte de la nueva generación de halteristas mexicanas simplemente porque llevaba a este deporte su ADN. “Toda mi familia ha sido halterista”.

Ferrer nació el 22 de septiembre de 1994, en Xalapa, Veracruz, de modo que cuando Soraya Jiménez conquistó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 sólo tenía seis años, por lo que no tenía idea de la magnitud de la hazaña de Soraya, por lo que asegura que no fue ella quien la motivó a incursionar en esta disciplina.

“Toda mi familia ha sido halterista, incluso mi primer entrenador fue mi tío, entonces era obvio que me iba a gustar en algún momento de mi vida porque siempre los veía entrenar, siempre veía cuando se iban a competencias, incluso los acompañaba a algunas, entonces sí o sí me iba a tener que gustar”, compartió en entrevista con Sopitas.com.

 

La inspiración de Soraya Jiménez

Aunque la halterofilia estaba siempre presente en casa, cuando Ferrer fue creciendo y se adentró en el deporte, se dio cuenta de la magnitud de la hazaña de Soraya, a quien ve en imágenes en el gimnasio del Comité Olímpico Mexicano, el cual lleva el nombre de Jiménez, de modo que se convirtió en su máxima inspiración para Tokio 2020.

“Comenzó a entrarme esa espinita de Soraya Jiménez, incluso la conocí, y fue así de que ‘ah, yo quiero ser como ella’, quiero dar gloria a mi país, quiero ser medallista olímpica en mi deporte”, nos compartió.

 

 

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La lesión que cambió el destino de Ana Ferrer

Para llegar a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, Ana Ferrer tuvo que hacer la misma pregunta cada año: “¿Quieres seguir?, porque el siguiente año será más difícil” y se mantuvo en el camino, hasta que en 2014, a la edad de 20 años, sufrió una lesión que la llevó a cirugía y fue ahí cuando decidió dar el siguiente paso y dejar la comodidad de casa.

“En el 2014 me lesiono muy fuerte de la rodilla y eso me lleva a cirugía y hace que deje a mi estado (Veracruz), a mi familia, y todo lo que tenía allá porque me di cuenta que ya necesitaba hacer ese cambio, si yo quería de verdad ser seleccionada nacional y llegar a unos Juegos Olímpicos, tenía que hacer ese sacrificio e irme a vivir a la Ciudad de México y dedicarme más mi deporte”, indicó la veracruzana.

El sueño hecho realidad

Ana llamó la atención de propios y extraños cuando compartió una imagen con Novak Djokovic en la Villa Olímpica, pero más allá de esa imagen viral, Ferrer vivía el sueño hecho realidad, y con una enorme sonrisa, aseguró antes de partir a Japón, que todos los sacrificios habían valido la pena.

Ana Ferrer, la halterista veracruzana que sigue los pasos de Soraya Jiménez: "Quiero dar gloria a mi país"
Cortesía

“Estoy muy contenta, todo ha valido la pena y todo tiene un porqué y ahora lo entiendo, todo era para llegar a la meta que siempre he querido, que siempre había soñado, valió la pena cada caída, cada tropiezo, cada vez que he llorado, cada vez que la he sufrido en un entrenamiento. Los sueños se hacen realidad mientras seas perseverante y sigas trabajando con tanto amor y con tanto corazón en lo que hagas”, indicó.

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Sergio Ramírez es periodista egresado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, con más de 10 años de experiencia en medios de comunicación. Ha trabajado en Diario Estadio, La Razón de...

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