Luego de un año complicado, en el que se han perdido millones de vidas, David Beckham forma parte de la Semana Mundial de la Inmunización, que promueve la vacunación contra el COVID-19 y otras enfermedades.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés) busca concientizar sobre la ausencia de vacunas en 14 millones de bebés y niños. Sin embargo, en esta ocasión se tratará el tema de la pandemia que paralizó al mundo desde 2020.
El también fundador del Inter de Miami, es Embajador de Buena Voluntad de la UNICEF. Durante varios años, ha participado en eventos de todo tipo y estos le dejan gran experiencia en temas que involucran a la familia y, por supuesto, a los niños.
“Las vacunas funcionan y salvan millones de vidas cada año. A través de mi trabajo con UNICEF he aprendido lo importantes que son para la salud de nuestros seres queridos. Sin embargo, demasiados niños no reciben las vacunas sistemáticas que necesitan para estar a salvo de enfermedades mortales“, explicó Beckham en un video.
Pero la labor del ex futbolista va más allá de una grabación o una simple invitación. Junto a otros embajadores como los actores Orlando Bloom, Olivia Colman y Sofia Carson, participará en varias conversaciones sobre el tema.
Médicos de primera línea de Benín, Indonesia, Jordania y Perú, expondrán los motivos que convierten a la vacunación en una herramienta fundamental para protegernos. A ellos también se unirán profesores y expertos del resto del mundo.
La labor de David Beckham en UNICEF
David Beckham es embajador de la UNICEF desde hace más de 15 años y hace más que involucrarse en campañas de vacunación. En 2015, cuando cumplió una década en la organización, creó ‘7′, una iniciativa que busca apoyar a los niños más vulnerables durante, al menos, 10 años más.
En medio de problemáticas como violencia extrema y sexual, trata de blancas, mutilación genital femenina y la epidemia del ébola, el ex jugador del Manchester United quiso convertir su causa en la esperanza de millones de personas.
A través de ‘7’, comenzó la recaudación de fondos para llegar a quienes necesitaban apoyo. Obviamente, esto incluyó atención y educación, pero también servicios de agua, de salud y protección social.
En los primeros 3 años del proyecto, la financiación cumplió con objetivos como ayuda a las madres de Papua Nueva Guinea, donde abunda la desnutrición infantil; orientación y protección a los niños de El Salvador, cuyos números de homicidios infantiles estaban fuera de control; y la instalación de bombas de agua y mantenimiento en Burkina Faso.