Tal parece que la fiesta para este jugador de la Sampdoria estuvo bastante buena porque para cometer este tipo de actos, dios santo. Gregoire Defrel conducía en estado de ebriedad en las calles y en una de esas a la policía se le ocurrió hacer una revisión por donde él estaba pasando, así que su primera reacción fue querer escapar e inteligentemente chocó. Las imágenes son fuertes pero no hubo nada que lamentar.
Vamos a ver qué ocurrió. El francés Gregoire Defrel, delantero del Sampdoria, se encontraba conduciendo por la calle con unas copitas de más y en ese momento le pareció muy buena idea hacerlo sin tanta precaución, por lo que en su lujoso auto se dispuso a recorrer la zona.
Según los reportes de las autoridades, la policía le hizo señales de que se detuviera ya que había un control de revisión a los conductores, algo así como el alcoholimetro pero en Europa, por lo que el jugador decidió no hacer caso y se dio a la fuga. Como en la CDMX en un día normal.
Resulta que en su intento por escapar a toda velocidad y huir sin recibir ninguna multa, el francés arrancó pero se chocó con una estructura, dejando su automóvil destrozado pero afortunadamente no pasó nada más, pues sólo hubieron daños materiales y estructurales en este accidente.
La policía lo detuvo y le retiró el permiso de conducir, que era lo mínimo que merecía, pero nadie se había dado cuenta que también iba su novia, por lo que a ambos se los llevaron y así pusieron fin a este gris episodio.
No se reportó si el futbolista recibió o recibirá algún castigo extra además del ya mencionado permiso de conducir y una multa, pero de momento esto es lo que se sabe y queda en evidencia una vez más que algunos futbolistas no les importa irse de fiesta y poner en riesgo la vida de otros con tal de no ser castigados en el intento.
La Sampdoria de momento ocupa la novena posición de la Serie A tras sumar 39 unidades en 27 duelos. Se encuentran a 5 puntos de competencias europeas y aún es posible llegar a este punto, por lo que tendrán que encontrar la manera de resurgir en el torneo local si no quieren irse con las manos vacías.