El partido entre la Selección de Honduras y México de cara a la Copa del Mundo de Rusia 2018, dejó algo más que el triunfo de los visitantes y la lesión de Luis Garrido.

Javier Hernández fue sustituído por Jürgen Damm, quien anotó su primer gol con la camiseta Tricolor, lo que provocó extásis en su cuerpo a tal grado de despojarse de la playera.

Pero esto al parecer no le gustó para nada a Andrés Guardado, quien de inmediato corrió a felicitarlo, pero al mismo tiempo se portó como el papá regañón, al fin es el capitán.

“Esta no se tira”, fue lo que el Principito le dijo al jugador de Tigres tras recoger su playera. Acto seguido Damm la besó en repetidas ocasiones y le demostró su amor.

Independientemente de que en eliminatoria de Concacaf con dos amarillas te suspenden un juego, parece que Guardado le dio una lección al novato de lo que significa portar la camiseta de su país.

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