Mónica Olívia Rodríguez consiguió una medalla histórica para México. La atleta de 32 años conquistó la prueba de los mil 500 metros en la categoría T11 con un tiempo de 4:37.39 minutos y con ello se convirtió en la medallista de oro número 100 para México en la historia de los Juegos Paralímpicos.
De esta manera, el equipo mexicano cumplió con uno de sus principales objetivos en Tokio, que era llegar al centenario de medallas de oro.
¡Pasión, Esfuerzo y Perseverancia! 🇲🇽
La delegación mexicana llega a 1⃣0⃣0⃣ preseas de #ORO en #JuegosParalimpicos
🔴🔵🟢 En Toronto 76 comenzó la cosecha, con 16 metales áureos; Arnhem (Países Bajos) 1980, su edición más prolífica, con 20. pic.twitter.com/K7FrIedt6n
— CONADE (@CONADE) August 30, 2021
Una atleta de oro para México
Originaria de Zapotlán, Jalisco, le dio a México la tercera medalla de oro en los Juegos de Tokio 2020 y la octava en total después de cruzar la meta al lado de su guía, Kevin Aguilar, y con ello la delegación mexicana llegó a 297 medallas en la historia de los Juegos Paralímpicos.
La mexicana arrasó en la prueba, pues su más cercana perseguidora, la sudafricana Louzanne Coetzee paró el cronometro con 4:40.96 minutos, mientras que Nancy Coech, de Kenia, se quedó con el bronce con un tiempo de 4:45.58.
La mexicana y su guía festejaron con máscaras de lucha libre como parte de una campaña denominada “Yo lucho por México”, que busca promover el deporte adaptado.
Mónica pasó de la natación al paratletismo
La atleta de 32 años de edad asiste a sus segundos juegos, luego de debutar en Río 2016, sólo un año después de comenzar su carrera dentro del paratletismo, pues anteriormente había practicando natación.
Sin embargo, dejó la alberca ya que no podía desempeñarse bien, debido a su condición visual. Mónica perdió la visión tras ser diagnosticada con retinoblastoma, que es una especie de cáncer que ataca a la retina.
Fue en 2010 cuando cambió la alberca por las pistas, aunque fue hasta 2015 cuando se convirtió formalmente en una atleta de alto rendimiento para México y su máxima inspiración es el tres veces camoeón olímpico en los 10 mil metros, Kenenisa Bekele, de Etiopía.