La antología de historias increíbles y poco usuales suma un capítulo más a la lista. En Tailandia se disputaba una función pública de Muay Thai donde sobre el cuadrilátero había dos grandes peleadores; uno parecía tener todo bajo control, parecía que ganaría fácilmente pero un golpazo de derecha del rival hizo que todo terminara con un KO letal en segundos. Tienes que verlo.
Como siempre pasa, en el mundo de las peleas suelen haber momentos impresionantes, donde una combinación y golpes certeros hacen que todo termine en un KO pero pocas veces vamos a ver que un único golpe defina todo.
De acuerdo a información del diario ‘Récord’, en la función en Tailandia un combate recién iba comenzando, pues como podemos notar en el video de menos de 15 segundos, se puede ver toda la acción sobre el cuadrilátero.
Como ya se dijo, uno de los peleadores de Muay Thai estaba propinándole una serie de goles a su rival. Puñetazo tras puñetazo en la humanidad del atleta que se encontraba replegado en las cuerdas pero parecía que todo estaba planeado, pues ninguno pareció afectarle realmente.
En un momento dado, este hombre que recibía los golpes sobre la cuerda, hizo un ligero movimiento para zafarse de la ‘tunda’ que estaba recibiendo y con un volado de derecha, directo en el rostro del rival, lo mando a la lona, declarando un KO fulminante en tan solo unos segundos.
Just watched a murder in Thailand pic.twitter.com/gvLsE8aNgk
— Flynn. (@AntonyFlynn1) January 4, 2020
Ya no se aprecia en el video, se cortó antes pero se dice que efectivamente el hombre que cayó a la lona ya no se pudo levantar, por lo que pese a ir dominando el combate, en apariencia, terminó noqueado y nos regaló el que podría ser el golpe del año, pues pocas veces vamos a ver un desenlace así.
Este video de inmediato se hizo viral y no es para menos y es que tremendo golpe llamó la atención de miles de fanáticos y se vio reflejado en redes sociales. Este hombre aparentemente no resultó gravemente herido, todo quedó en el momento del golpe y nada más, por lo que afortunadamente no hay nada que lamentar.
