No es común que muchas personas se quedaran atrapadas en algún lugar del mundo por culpa del coronavirus. Muchas tuvieron que esperar para que los aeropuertos abrieran o buscar alternativas de transporte para regresar a casa. Una historia asombrosa de la necesidad por volver con la familia la dio un joven estudiante llamado Kleon Papadimitriou, quien viajó 3 mil 200 kilómetros y 48 días en bicicleta para lograr reunirse con sus seres queridos.
Quedó atrapado por el coronavirus
Kleon Papadimitriou, de 20 años se encontraba en Escocia finalizando sus estudios universitarios cuando la pandemia azotó a Europa como a todo el mundo. Quedó atrapado en el país de la Gran Bretaña pero sus deseos de volver con su familia en Grecia fueron demasiado grandes como para detenerlo.
Dentro de lo poco que tenía en su poder se encontraba una bicicleta y mucho ímpetu. Por lo que sin pensarla dos veces decidió partir a su casa con algo de comida, un saco para dormir y un poco de dinero en la bolsa. “Un viaje de 4.100kms necesita un embalaje ligero”, escribió en su cuenta de Instagram. “¡Mi objetivo es viajar de Aberdeen a Atenas en bicicleta!”.
Su recorrido por Europa
El joven Papadimitriou tuvo que recorrer en bicicleta gran parte del continente europeo para reunirse con su familia. Algunos de los países que recorrió con el andar de sus piernas y el esfuerzo de su sudor incluyen Inglaterra, Holanda, así como Alemania, Austria y la costa italiana antes de tomar un barco hasta el puerto griego de Patras. Ahí continuó su recorrido hasta llegar a su barrio de la capital Atenas, le platicó a CNN.
Gracias a las bondades de Internet, Kleon Papadimitriou compartió su viaje con amigos y familia a través de sus redes sociales. Ahí compartió su recorrido, que incluyen increíbles fotografías de paisajes y lugares emblemáticos de Europa. Su historia rápidamente empezó a viralizarse y consiguió muchos seguidores de su aventura.
Todo el recorrido en bicicleta le tomó al estudiante 48 días y con algunos pequeños desvíos para conocer lugares recomendados, terminó recorriendo 3 mil 200 kilómetros. Su viaje lo completó a finales de junio y desde entonces se ha convertido en un símbolo que define la frase “querer es poder”.
“Me acabo de dar cuenta de lo grande que fue ese logro, y aprendí muchas cosas sobre mí, sobre mis límites, sobre mis fortalezas y mis debilidades”, finalizó Kleon. Hoy se encuentra con su familia y con una historia que recordará por siempre.