Además de tener que rifarse contra las fuerzas del mal, padrecitos jariosos e intentar convencer a la chaviza hereje, el Papa Francisco tiene que batallar con las condiciones climáticas y –sobre todo– con la vestimenta que como sumo pontífice tiene que portar.
Durante las últimas apariciones que el hincha del San Lorenzo ha realizado en El Vaticano, las fuerzas de la naturaleza han dado señales para que se deje de nombrar el nombre de Dios en vano… o es tiempo de que el cotorrón representante de la Iglesia católica cambie la capita que porta –bueno, su esclavina– o de menos se ponga un segurito, como quieran interpretar las imágenes.
Estas imágenes fueron tomadas el pasado miércoles por fotógrafos de diferentes medios –Reuters, AP, European Pressphoto Agency–, quienes pusieron más atención en la forma en que los vientos hicieron volar las ropas del religioso, que en su homilía… así de buena estaba.
“No me toquen, ando chido”
Pese a que la naturaleza no lo dejaba, el Papa continuó contando las aventuras de Jebús. Todo un profesional.
Ya, es tiempo de cambiar el look.