Cada vez es más común escuchar el término “Internet of Things” (o el Internet de las Cosas) y la neta suena muy del futuro. Y a pesar de que puede ser muy emocionante que hasta el refri tenga conexión a Internet, lo importante es saber por qué y para qué. Y es que no vaya a ser que uno de estos días, tus aparatos se revelen y la revolución de las máquinas empiece en tu recámara.
Para entender el Internet de las Cosas hay que dividirlo en 2 partes:
1. El Internet: La famosísima red de redes, a la que le debemos tanto y tanto. Y es esta misma red la que permite a nuestros dispositivos estar interconectados. Así, pueden acceder a recursos, servicios e información para que nuestros dispositivos se vuelvan “inteligentes”.
2. Las cosas: Los objetos físicos que se encuentran en tu vida diaria. O sea, tu auto, tu reloj, la aspiradora, ¡cualquier cosa! Solo que estos objetos tienen una gran peculiaridad: cuentan con sensores, circuitos integrados y conectividad que les permite recolectar e intercambiar datos entre ellos o con Internet. A estos se les conoce como nodos IoT o dispositivos inteligentes.
Entonces, ¿para qué sirve que mi auto tenga Internet y se comunique con mis demás dispositivos? Prácticamente tu auto se vuelve un vehículo inteligente. Con un dispositivo como SmartCar, podrías monitorear el rendimiento, su actividad, la ubicación, todo desde tu celular.
Puedes establecer zonas seguras y recibirás una notificación cuando tu auto salga de ellas. ¿Qué tal un análisis de tus hábitos de manejo? Eso te ayudaría a definir mejores rutas o entender tu uso de combustible. Además de que le brindas conexión inalámbrica hasta a 5 dispositivos. Esto es muy Star Trek, la neta.
Básicamente, el Internet de las Cosas abre todo un mundo de posibilidades cuando de facilitarte la vida se trata. Las luces se pueden programar para que enciendan al llegar a casa y que se apaguen al irnos con un foco inteligente como el Mi LED Smart Bulb con conectividad WiFi. O tu cafetera puede aprender a qué hora te levantas y preparar tu café. ¿Y qué tal hacer ejercicio mientras nuestro smartwatch mide nuestra frecuencia cardíaca y nos genera una nueva rutina para mañana? ¡Ah prro!
Afuera encontrarás una amplia oferta de dispositivos que se pueden incluir y adaptar a tu estilo de vida para ayudarte en tu día a día. Por ejemplo, con el cuidado de tus hijos. Para ello, existen smartwatches como el TCL Movetime Family Watch que te permiten establecer zonas seguras para ellos y conocer su ubicación en tiempo real. Además, te podrás comunicar con ellos mediante llamadas y mensajes. No sólo le echas un ojo, sino que pueden reforzar su comunicación.
¿Qué más puedo obtener con el Internet de las Cosas?
Bueno, si aún no te convences que el futuro es hoy, viejo, las ventajas al estar siempre conectado son muchísimas.
Acceso a Información
Fácil acceso a datos e información que se encuentren lejos de tu ubicación, en tiempo real. ¡Adiós a las barreras físicas!
Comunicación
La comunicación mejora gracias a los dispositivos interconectados, más transparencia, y reduce las ineficiencias. ¡Las cosas claras!
Económico
La transferencia de paquetes de datos a través de una red conectada ahorra tiempo y dinero. Si todo vive dentro de una red eficiente, tu vida será más sencilla. Tip: Consulta los planes de Telcel (guiño, guiño).
Automatización
Gestionar las tareas cotidianas sin intervención humana y la calidad de los servicios aumenta. Por ejemplo, Mi Aspiradora Robot, cuenta con un mecanismo que les permite recorrer el suelo del hogar y aspirar todo el polvo encuentren a su paso, cosa que quizá no podrías lograr con una escoba. Lo mejor es que lo puedes activar a distancia, ideal para los que nos gusta que nos lean la mente.
No importa dónde te encuentres, puedes estar conectado con tu familia, amigos, compañeros, contigo mismo y con todo lo que te importa. Tan sólo con una conexión a la red de redes, y qué mejor que sea a través de una que tenga amplia cobertura y disponibilidad como la de Telcel.
