Dicen que lo ideal es dormir al menos ocho horas al día, pero las exigencias de la vida moderna hacen que para muchos esto sea una utopía.
Por eso, cuando tenemos chance de hacerlo, nada tan reparador y benéfico para la salud, como echarnos una pestaña en medio de una jornada intensa y llena de actividades. ¿A poco no?
Estos son algunos de los muchos beneficios que trae consigo dormir una siesta:
- Aumenta nuestro estado de alerta
- Mejora la memoria
- Potencializa nuestra creatividad y capacidad para resolver problemas
Lo malo es que esos momentos del día en los que podemos cargar las pilas casi siempre son muy breves y bajo condiciones poco adecuadas.
¿Les ha pasado eso de tener algo de tiempo para dormir y no poderlo hacer? Da mucho coraje, por eso les traemos una breve pero efectiva guía para mejorar las siestas.
El momento ideal
Normalmente el cuerpo humano presenta un bajón de energía de seis a siete horas después de haber despertado (más o menos por ahí de las 2 de la tarde). Si a eso le sumamos que a esa hora en lugar de dormir, lo que haces es comer, pues el resultado es el típico mal del puerco, donde lo único que deseas es mandar todo al demonio y acostarte un buen rato.
Muchos investigadores piensan que estas siestas son necesarias por razones evolutivas, tal y como lo afirmó William Dement, ex director del centro del sueño de Stanford:
“Parece que la naturaleza sin duda tiene la intención de que los adultos tomen una siesta al medio día, tal vez para evitar salir cuando el sol se encuentra pegando con más intensidad”.
Además, una siesta a mitad del día es lo mejor pues aún está lejana la hora de dormir, por lo que no deberías tener bronca para poder conciliar el sueño por la noche
El lugar
Lo mejor para tener una buena siesta es buscar un lugar cómodo, oscuro y tranquilo. Puede que estés tan cansado que puedas quedarte dormido en cualquier lugar, pero lo aconsejable según los investigadores, es encontrar un lugar que reúna esos tres factores. Así será más fácil y rápido que te quedes dormido.
El tiempo
Sin duda la pregunta del millón. Para eso, debemos tomar en cuenta que el cerebro tiene varias series con diversas etapas de sueño. Dichas longitudes tienen distintos efectos.
Lo ideal es dormir 30 minutos (la línea más marcada en la gráfica) pues en ese período el cerebro no llega más allá de las primeras fases del sueño ligero. De esta forma, al despertar no tendremos demasiada somnolencia y mejorará nuestro estado de alerta.
Si la siesta es de 45 a 90 minutos (la línea punteada en la gráfica), las ondas cerebrales se vuelven más lentas. Si la siesta es aún mayor a 90 minutos (línea discontinua), se cae en el sueño REM. En ambos casos al despertar se sentirá somnolencia.
Pon alarmas
Como vemos, es importante regular el tiempo que durará la siesta, por eso lo mejor es poner una o más alarmas para evitar pasar el ciclo de sueño recomendado y evitar terminar más cansados.
Bebe un poco de café
Puede ser que suene contraproducente pero aunque no lo creas beber rápidamente una taza de café, u otra bebida con cafeína, y luego dormir unos 20 minutos le trae beneficios sorprendentes al cerebro.
La razón es simple: La cafeína se lleva unos 20 minutos en pasar por el tracto gastrointestinal y el torrente sanguíneo, antes de entrar al cerebro. Al completar ese viaje, la adenosina (sustancia química que produce el cansancio) es desplazada por la cafeína.
Al despertar 20 minutos después, la cafeína irá llegando a tu cerebro y despertarás aún con más energía. Algunos estudios han demostrado que quienes beben café antes de tomar una siesta, se encuentran más alerta y desarrollan mejor la memoria.
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Pues ahí está, sugiero que las apliquen HOY mismo.
Muéstrenle esta nota a sus jefes gandallas pues las siestas deberían ser como un vaso de agua y no negársele a nadie.