María Hanneman fue por primera vez a Bellas Artes cuando tenía 3 años. Sus papás la habían llevado para ver un concierto de ballet. Tres años después —cuando apenas cumplía 6— regresó al recinto histórico para escuchar una orquesta. Cuando cumplió 15 años la pianista cambió de lugar y ahora, ocupaba una butaca completamente distinta.
Esta joven pianista mexicana ahora estaba frente al público, con los reflectores encima.
“Mi mente no procesaba nada, no entendía que estaba pasando”, nos contó María entre risas. “Llegue al ensayo, a la prueba del pieno y se ve súper diferente del escenario al público, que del público al escenario”.
Después le preguntamos algo que, la verdad, siempre habíamos tenido curiosidad: ¿qué es lo que ven los artistas desde el escenario? ¿Ven nuestras carotas de asombro o, de plano, se ve completamente negro?
“Normalmente no veo nada, veo negro o borroso. Además las luces te deslumbran”, admite la joven pianista mexicana. Solamente que el día que tocó en Bellas Artes —acompañando al tenor Javier Camarena— fue completamente diferente. Resulta que María vio una sombra que parecían ser sus papás sentados y con eso supo desde dónde la estaban mirando. “Me relajó muchísimo saber que me estaban apoyando”.
Esa noche cumplió uno de sus sueños, pero el camino y la historia empezaron años atrás.
Aunque apenas tiene 16 años, la pianista María Hanneman lleva casi 12 años aprendiendo de teclas, notas y música.
Nos contó que la primera vez que tuvo un piano sacó las canciones que cantaban en la escuela de oído —ya saben; esas choteadas de los festivales. A los cuatro años comenzó con sus clases formales y ahora estudia la Licenciatura en Piano en el Conservatorio Nacional de Música de la Ciudad de México.
“Mis tareas son hacer miles de pentagramas, con notas, acordes. Me van a pedir hacer arreglos o mi propia pieza”, nos contestó cuando —nosotros despistados— le preguntamos lo diferente que podría ser estudiar una carrera especializada en música.
Y de paso, por supuesto que teníamos que saber qué recomendaciones tenía para acercarnos a la música clásica.
La canción favorita de la pianista María Hanneman es “Balada Mexicana” de Manuel M. Ponce, aunque sí nos aclaró bromeando que con esa “tal vez con esa no vas a empezar a tocar, pero sí puedes empezar a escuchar”. Échenle una oreja, es esta:
Y ahora mientras María Hanneman se prepara para seguir estudiando o cocina alguna otra gira —se vienen unos conciertos interesantes en el Cervantino—, la pianista mexicana nos recuerda las razones por las que quiere compartir su música con el mundo. “La musica clasica no es para viejitos, no es aburrida. Pueden sentir muchas cosas, desde nostalgia o tristeza. Alegría… o simplemente que la disfruten”, ríe.