Lo que debes saber
Las letras de Caifanes son verdaderas obras de arte; poemas para observar y sentir la existencia.
Caifanes fue mucho más que una de las bandas mexicanas más emblemáticas de los 80 y 90. Caifanes es más bien un pedazo de nuestra identidad: compositores de las almas perdidas, rockeros rebeldes que bailaban cumbias, y compañeros de cientos de miles que le rogaban al cielo que no se los comiera el diablo. Caifanes nos dejó buena música y una colección de letras llenas de sabiduría y poesía, que vale la pena analizar con profundidad.
Dicho eso, es correcto afirmar que Caifanes es simplemente una leyenda. Un relato fantástico narrado por esa voz ronca de Saúl Hernández, eternizado por el bajo eléctrico de Sobo Romo, los teclados de Diego Herrera, la batería de Alfonso André y esa guitarra hipnótica del gran Alejandro Marcovih.
Su sonido siempre fue ecléctico y por lo tanto único. En su música, encontrarnos una pizca de new wave, de rock gótico y progresivo, susurros populares mexicanos y post punk. En su universo sonoro hay riffs melódicos, ecos, notas oscuras y atmosféricas, que se quedan en uno, que se refugian en el alma.
En lo que se refiere a las letras, los Caifanes crearon enormes obras de arte plagadas de emociones e imágenes poéticas. Entre sus canciones hay un homenaje velado al estilo seco y profundo de Rulfo; tienen una manera específica de definir México y ese sentimiento colectivo de nostalgia y belleza que compartimos todos los que nacimos aquí.
Los primeros años de Caifanes
El mito de Caifanes nació en 1987, cuando Sabo Romo y Saúl Hernández unieron sus proyectos personales en una sola idea. Ambos ya habían incursionado en el rock y habían tocado en otros grupos como Imágenes de Aurora o Ruido Blanco.
Su primer toquín ocurrió ese mismo año en el icónico Rokotitlán y a pesar de ser una banda nueva, ya tenían un buen número de seguidores que fueron fieles a ellos desde la primera canción. Pronto comenzaros a coescribir algunos temas hasta que sacaron su primer álbum Caifanes, en el que por cierto uno de los músicos invitados fue el mismísimo Gustavo Cerati.
Empezaron dando algunos conciertos, hasta que se convirtieron en taloneros de Miguel Mateos, otro grande del rock en español. Muy pronto se escuchó en las radios del país Mátenme porque me muero, una canción pegajosa, escrita por Saúl Hernández a propósito de la muerte prematura de su madre.
El gran éxito del sencillo, les permitió grabar en seguida La negra Tomasa y así convertirse en el primer grupo de rock de la historia en llenar dos veces el Auditorio Nacional. Apenas era 1989, y los Caifanes ya habían cambiado la música. Eran talentosos, callados en las entrevistas, amaban sus raíces y les gustaba hacerse peinados estrafalarios.
Caifanes dejó para la historia cuatro discos, cada uno mejor que el otro. Y aunque su última entrega, con la agrupación original, fue con el Nervio del Volcán de 1994, quedaron para la inmortalidad decenas de canciones que siguen acompañando a la gente en su vida, en sus fiestas, en sus momentos importantes.
Las letras de Caifanes, un compendio surrealista para inadaptados
Caifanes no sería lo mismo sin la voz ronca, seca y hermosa de Saúl Hernández y por su puesto sin el contenido profundo de sus canciones. Detrás de los estribillos siempre hay algo que interpretar, una reflexión sobre qué es esto de estar vivos en el mismo momento.
Las letras de sus canciones, mezclan de manera virtuosa la fantasía y la realidad. A veces estamos en un mito, a veces en una historia de amor, a veces en el México prehispánico de volcanes y lava y a veces en la alucinación de un poeta trasnochado. Con esto mente aquí les dejamos una pequeña colección de cuentos con música.
Los Dioses Ocultos
El Diablito
Una canción sobre la búsqueda de identidad y la posibilidad de vivir en un mundo en el que podamos ser lo que realmente somos, sin necesidad de escondernos en los estereotipos.
“¿Por qué no puedo andar a gatas?
Como lo hacen los locos
¿Por qué no puedo aullarlo todo?
Como lo hacen los lobos¿Por qué no puedo resignarme
Y aguantarme hasta la risa?
¿Por qué uno quiere lanzarse desde lo alto
Y al bajar buscar olvido?¿Serán los dioses ocultos o serás tú?
Será una decisión mortal
¿Serán los dioses ocultos o serás tú?
Será una decisión mortal…”
La célula que explota
Caifanes Volumen II
Esta canción es de amor intenso. La melodía nos sumerge en una relación ambivalente, que va de la nada a todo en un segundo. A lo largo de la letra descubrimos que los vínculos son tan hermosos como aterradores, a veces dan ganas de escaparse, a veces dan ganas de quedarse por siempre.
“Hay veces que no dejo de soñarte
De acariciarte hasta que ya no pueda
Hay veces que quisiera morir contigo
Y olvidarme de toda materia
Pero no me atrevoHay veces que no sé lo que me pasa
Ya no puedo saber qué es lo que pasa adentroSomos como gatos en celo
Somos una célula que explota
Y esa no la paras.”
Afuera
El nervio del volcán
He aquí un himno al viaje personal. Afuera define los límites entre nuestras luchas íntimas y las expectativas de la sociedad. La canción nos invita a cuidarnos, a guardar nuestra esencia, a explorar nuestra identidad y a refugiarnos de los prejuicios sociales.
“Muchos años uno cree
Que el caer es levantarse
Y de repente
Ya no te parasQue el amor es temporal
Que todo te puede pasar
Y de repente
Estás muy soloAfuera tú no existes, solo adentro
(Afuera)
Afuera no te cuido, solo adentro
(Afuera)
Te desbarata el viento sin dudarlo
(Afuera)
Nadie es nada, solo adentro…”
Viento
Caifanes Volumen I
Pareciera una canción de amor, que habla de la pasión compartida, y de esa necesidad que tienen todos los enamorados que el tiempo se congele. Sin embargo, la letra nos lleva a lugares insospechados, y a una frase icónica que Saúl encontró escrita en una servilleta: “Préstame tu peine y péiname el alma”
“Préstame tu peine
Y péiname el alma
Desenrédame
Fuera de este mundoDime que no estoy
Soñándote
Enséñame
De qué estamos hechosQue quiero orbitar planetas
Hasta ver uno vació
Que quiero irme a vivir
Pero que sea contigo…”
Antes de que nos olviden
Caifanes Volumen II
La letra de esta canción es un homenaje a todos y todas las estudiantes que vivieron la masacre de Tlatelolco en 1968. Desde que entramos en la melodía descubrimos consignas de libertad, escuchamos entre los acordes el camino de los valientes, de los dignos, de los que van con la cara en alto y luchan porque venga algo mejor.
“Antes de que nos olviden
Haremos historia
No andaremos de rodillas
El alma no tiene la culpaAntes de que nos olviden
Rasgaremos paredes
Y buscaremos restos
No importa si fue nuestra vidaAntes de que nos olviden
Nos evaporaremos en magueyes
Y subiremos hasta el cielo
Y bajaremos con la lluviasAntes de que nos olviden
Romperemos jaulas
Y gritaremos la fuga
No hay que condenar el alma…”
