En este mundo loco hay todo tipo de mentes con diferentes maneras de pensar, así como varias formas de percibir lo que definimos como “amor”. Existen personas que dedican su vida a querer a una sola persona y también están quienes prefieren relaciones con más de una pareja; luego está la sologamia, que es como el máximo ForeverAlone, pero de manera voluntaria.

Si jamás habían escuchado ese término, no se preocupen, porque todo es reciente. Se trata de dedicar el amor, el tiempo y el esfuerzo en una sola persona: uno mismo. Nada de andar de novios, relaciones serias o buscando encuentros casuales. La idea es que las personas se quieran a sí mismas y hasta unan lazos matrimoniales en solitarios.

Un caso de sologamia registrado en Italia

Hace no mucho tiempo, la BBC publicó un artículo bastante curioso acerca de Laura Mesi, una mujer italiana de 40 años que celebró su casamiento. Lo curioso del evento es que no había novio, sólo una novia muy contenta que quería crear un símbolo “especial” y trascendente del amor propio.

Boda de Laura Mesi
Foto de Instagram//Laura Mesi

Ella aseguró que ninguna otra mujer en su país ha intentado algo parecido, pero que su objetivo principal era promover ese punto de vista. Laura básicamente quiere que romper el estigma social de que el matrimonio debe figurar como la gran prueba de amor exclusiva de las parejas.

¿Y esto sucede en otras partes del mundo?

Por extraño que pueda parecer para ciertas personas, la tendencia está cobrando fuerza lentamente en todo el globo. En 2014, una agencia de viajes en Japón organizó un evento de “automatrimonio” para mujeres solteras.

Boda colorida
Foto de Matt Cardy/Getty Images

También se han registrado casos de sologamia en países como Canadá, Estados Unidos, Reino Unido y otro más en Italia, hace ya unos meses. De hecho, existen reportes de personas casándose en solitario desde 1993 y hasta se dice que han inspirado libros y series de televisión como Sex & the City y Glee.

Finalmente, no podemos decir que esa manera de pensar sea errónea o descabellada; la verdad es que cada ser humano tiene derecho a decidir cómo manejar y distribuir su cariño. Si la gente cree que es la naranja completa y no necesita otra mida, ¡es libre de armar la “auto-boda”!

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