Los que creen que los especímenes de La Condesa usan sus pantaloncitos apretados sólo para lucir sus bien torneadas extremidades, están muy equivocados… lo hacen por razones de seguridad.
Al menos eso podemos suponer después de conocer la historia de Sent German, un chavo de 27 años que pudo evitar que los amantes de lo ajeno lo despojaran de su iPhone 6 y billetera, no con la violencia, ni con la ayuda de la policía… sólo con el poder de sus ajustados pantalones.
Pues resulta que el joven arquitecto iba dando el rol por las calles de Nueva York, como a eso de las 5 de la mañana, cuando de pronto tres sujetos lo arrojaron al suelo para someterlo y a placer sacarle todo lo que hubiera en los bolsillos de sus jeans…
Sin embargo, aunque Sent se puso flojito, los remedos de maleantes poco pudieron hacer frente a la apretadita indumentaria hipsteriana… “Ni siquiera podían meter un dedo en mi bolsillo”, narra el candidato a “lunes de mallitas”. “Sólo estaban discutiendo entre ellos (…) ¡en su bolsa de adelante!, ¡en la bolsa de la izquierda! (…) Y el otro decía: ‘¡no puedo!, ¡no puedo!’”
Después de un rato de fallidos intentos, el trío de idiotas huyó del lugar con las manos vacías y aparentemente sin causar ningún daño en el joven arquitecto cuyo gusto por los pantalones apretados sólo es por pura moda, pero una vez que libró el asalto lo primero en lo que pensó fue “qué bueno que me puse esto jeans hoy (…) de verdad salvaron todas mis cosas”.
“Fue algo hilarante, pero aterrador al mismo tiempo”, agrega… Pues ya saben: nada de pistolas, ni de clases de defensa personal, la onda para salir bien librado de una ciudad con alto índice de delitos es usar pantalones bien apretaditos.