A lo largo de 13 años, Iron & Wine se ha establecido como uno de los grandes pilares de la música folk del siglo XXI, reconocido por discos como Our Endless Numbered Days y The Shepherd’s Dog. En su conjunto, el trabajo que ha realizado Sam Beam con su proyecto es un punto de referencia para los que buscan marcar su reputación como cantautores de prestigio en el mundo indie. De hecho, el mismo Beam gira la cabeza a ese punto de referencia para rescatar sus primeras composiones en Archive Series Volume No. 1, una compilación de grabaciones caseras que datan del periodo 2002 a 2003.

Iron & Wine regresa a la Ciudad de México para dar un concierto en el Lunario el 9 de septiembre (todavía puedes encontrar boletos por Ticketmaster). Además de la compilación mencionada, Beam también lanzó este año un disco de covers en colaboración con Ben Bridwell, el vocalista de Band of Horses. En una entrevista telefónica que realizamos con el artista, Sopitas.com le pregunta sobre su disco con su viejo amigo Ben, su próximo show en México, y el secreto para tener una barba como la suya.

 

SOPITAS.COM: En unos días por fin vamos a tener la oportunidad de ver a Iron & Wine en solitario. ¿Te preparas para un concierto de una manera distinta que para un festival? Asumo que el ambiente de un festival es más relajado.

SAM BEAM: De hecho no, disfruto mucho los conciertos en solitario, me encantan. Más bien, éstos son más relajados para mi. Hay menos cosas qué escuchar, menos actividad… pero sí, me preparo distinto para todas estas cosas. Para un show en solitario, como el que se aproxima, estos son un poco más espontáneos, puedo hacer cambios al setlist, y tocar lo que me gusta en realidad. Hay muchas peticiones de canciones viejas, nuevas, y lo que haya entre éstas. Si es para un show de club o de teatro, ensayamos un poco más, entonces mi banda puede hacer cualquier cosa. Es mucha diversión. Por otro lado, con los festivales solo tienes un tiempo predeterminado para hacer lo que tengas que hacer, y tienes a mucha gente de pie, esperando a escuchar los éxitos, o canciones que puede que conozcan. Es una vibra distinta. Al mismo tiempo, siempre tocamos lo que queremos tocar, siendo sincero contigo.

S: Con tantos álbumes en tu discografía ¿Cómo es que armas un setlist?

SB: Tenemos un dado de 250 caras. Bueno, depende. Siempre quieres tener un bonito mix para ti, tocar un poco de lo nuevo, algo de lo conocido, y luego escoges unas para ti porque te gustan o porque no las has tocado en mucho tiempo. Siempre varía. Es difícil recordar todas las canciones, para ser honesto. Son demasiadas canciones, sin duda.

S: Me lo imagino ¿Aceptas peticiones del público?

SB: Sí, hago bastantes peticiones. Hay shows donde solo hago peticiones. Todos los conciertos son distintos, pero eso depende del público, especialmente de los shows en solitario, en los que puedo tocar lo que sea. Depende de cómo la gente responda, puedo hacer bastantes peticiones.

S: ¿Qué pasa si te piden canciones que ya no recuerdas?

SB: Simplemente me la invento [risas]. Termino cambiando mucho los arreglos de una canción, y hay ocasiones que nadie la reconoce sino hasta el final. Es una manera de evitar que una canción muera tan pronto uno la graba, y de sentirte comprometido como intérprete, pero también es una manera de darle nueva vida a algo. Como miembro de una audiencia, siempre me divierte que un artista se ponga a desbaratar su canción, ¿sabes?

S: Algo parecido a Bob Dylan–

SB: Sí, él lo hace, al igual que muchos artistas de jazz. Hay muchas cosas que puedes poner por debajo de una melodía, no siempre tienen que ser los mismos acordes. Por lo tanto, tienes mucha libertad, una vez que lo aceptas.

S: Cambiando de tema, este año lanzaste dos discos: el primero, Sing Into My Mouth, con Ben Bridwell de Band of Horses. ¿Alguna vez pensaste en emprendar una gira con Bridwell?

SB: Hicimos una pequeña gira de dos semanas por los Estados Unidos que justo apenas cerramos. Eso fue todo lo que nuestras agendas pudieron tolerar. No tenemos más planes inmediatos por el momento, pero ya sabes cómo son estas cosas. Es posible que dentro de un año emprendamos otra gira, pero creo que ya terminamos.

S: ¿Cómo eligieron las canciones que forman parte del álbum?

SB: No había ninguna regla estricta, simplemente escogimos canciones que nos gustaran. Ben y yo tenemos nuestra historia juntos, crecimos en el mismo pueblo. Nos conocíamos muy bien desde mucho antes que empezáramos a grabar discos. Nos ayudamos bastante al inicio de nuestras trayectorias, y por eso hemos amenazado con sacar un disco desde siempre. Finalmente tuvimos la oportunidad de encontrar un hueco en la agenda y lograr que sucediera, y la idea de los covers fue muy atinada porque nuestra amistad nació de la música de otras personas, música que nos gustaba y que nos recomendábamos, porque éramos de gustos similares, hasta que nos acercamos a otra música que desconocíamos. Esa fue una divertida manera de abordar el disco, como una continuación de aquella tradición. Entonces intercambiamos correos con ideas, ¿qué tal esta o esta otra? Y la lista se hizo bastante larga y nos dimos una semana en el estudio para llegar a lo que tenemos ahora, básicamente. Algunas canciones son más nostálgicas que otras, como las que oíamos a mediados de los 90. Por ejemplo, recuerdo que “Bulletproof Soul” de Sade la escuchábamos en la radio con el papá de Ben, quien era un fanático de Sade. Sí, algunas de las canciones tienen un valor sentimental, nostálgico, mientras que hay otras que siempre nos han gustado, por una razón u otra.

S: ¿Recuerdas cuál fue la primera canción que tocaron al inicio de estas sesión?

SB: Creo que empezamos con la canción de Spiritualized, “The Straight and Narrow”, para calentar.

S: Con respecto The Archive Series, Vol. 1, ¿fue extraño volver a este material, o no sentiste que estas canciones pertenecían a otra persona? Tengo entendido que estas canciones son de 2001 o 2002…

SB: Fue una experiencia sumamente divertida, ya que nunca he sido el tipo que se apena por sus fotos de la escuela. Me gusta acercarme a los distintos rostros de tu vida en el pasado, y explorar la persona que eras entonces. Dicho sea eso, estas canciones son realmente viejas, y fue fascinante volver en el tiempo y encontrarse con uno mismo. Nunca he mantenido un diario, pero me imagino que sería algo similar, como leer tu viejo diario, 15 o 20 años después. Es muy interesante ver qué tanto has cambiando y qué permanece intacto. La memoria que tenía de esas canciones es muy diferente a la realidad. Algunos temas tuvieron éxito, otros no tanto, mientras que hay canciones que fueron ejercicios que no han perdido su encanto, como un viejo amigo. Porque realmente nunca había regresado a escuchar esas canciones. Siempre estaba trabajando en algo nuevo.

S: ¿Cuál es la edad ideal para aprender a tocar la guitarra?

SB: Creo que la música, y las artes en general, dependen más de tu entusiasmo. No importa qué tan viejo seas. Deberías hacer algo porque disfrutas hacerlo, ya sea porque piensas que vale la pena o eres bueno en tu oficio, o lo que sea. Parece que detrás de ciertas cuestiones como si quieres ser bueno en algo tienes que empezar a una edad temprana, para que tus dedos vayan agarrando callo y así, pero no creo que eso tenga nada que ver para hacerse de una mejor vida en las artes. Puedes tener 22 o 92 años, es lo de menos, mientras el entusiasmo siga ahí.

S: Qué bien, entonces hay esperanza para mi. Por último, Sam, mi última pregunta es algo boba. ¿Quería saber si tenías algún tip para tener una barba como la tuya?

SB: [Risas] Tengo un tip, nunca te afeites.

T: @ShyTurista

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