Por: Abraham Huitrón

Ese día se me olvidó que había tianguis. Tuve que estacionarme lejos y correr entre señoras que cargaban bolsas pesadas, y Godínez que aprovecharon la vendimia para salir a echarse un rico taco de carnitas o una quesadilla. Mi apresurado andar, contrasta con la tranquilidad con la que la gente compra, come y recorre el tianguis en esta bella tarde en la colonia Condesa del ex DF.

Un jardín de color morado, lleno con miles de flores de jacaranda, es el lugar a dónde llego para ver a Pau Donés, líder de Jarabe de Palo. Está sentado en una banca con su hija, publicando en Facebook una foto que se tomó acostado en esta bella alfombra púrpura “¿Cómo se escribe jacaranda?”, pregunta Pau, mientras mi anfitrión acomoda unas sillas en medio del jardín para que nos sentemos frente a frente, pero él tiene una idea diferente.

“Ven, siéntate aquí conmigo”, me invita Pau a ir hacia el espacio en donde hasta hace unos segundos, estaba sentada su hija. “Qué hombre tan agradable”, pensé, mientras lo saludo y me siento a su lado. En el 2015 recibió una noticia bastante fuerte. Los médicos le diagnosticaron cáncer, por lo que tuvo que dejar de tocar, de hacer lo que más ama para poder recibir tratamiento médico, pero lo que jamás hizo, fue dejar de vivir.

Dos años en los que no ha tocado en vivo, y su gran regreso lo va a hacer este fin de semana en un escenario inmenso: el Vive Latino. Me impresiona su vitalidad, su energía, pero sobretodo, su felicidad. Tiene una alegría contagiosa, que inunda todo el lugar, para nada parece alguien enfermo. Me encanta la forma con la que afronta la vida, muchos ya quisiéramos tener esas ganas de comerse al mundo que se le notan al músico de Barcelona en los ojos. Así, empezamos a platicar.

Sopitas.com: Cuando anunciaste tus fechas en México, fue con mucha emoción ¿Qué es lo que más disfrutas de venir a tocar a este país?

Pau Donés: Yo aquí estoy como en casa, ¿vale? Tengo la suerte de ser músico y viajar mucho ¿Cuándo digo que un sitio es mi casa? Cuando tengo amigos. Y en México tengo amigos. Hemos venido muchísimo, esta es la cuarta vez que tocamos en el Vive, pero sobretodo hay una cosa que me pone a tope y me emociona especialmente, y es que he estado casi dos años sin tocar. Tenemos un espectáculo que es el 50 Palos acústico, pero la vuelta, va a hacer en el Vive Latino con toda la banda haciendo rock and roll, y eso es lo que me pone. Que después de casi dos años de no tocar, el poder volver a un escenario como el Vive, que además es el festival que nos catapultó a nosotros.

A nosotros durante casi ocho años, aunque teníamos la multinacional detrás, no nos hacían ni caso, y quien nos catapultó en México fue el Vive Latino precisamente. Va a ser una hora a full, a todo trapo. Tenemos un repertorio de 14 canciones y todas son conocidísimas: “Bonito”, “Grita, “Lado Obscuro”, “Déjame Vivir”, “Depende”, “Agua”, “La Flaca”, “Te miro y tiemblo”. La idea es hacer un show en donde nos volvamos a decir hola después de dos años, la pasemos muy bien, bailemos juntos, cantemos juntos, y que pase esa hora y pensemos todos, qué estupendo. Después ya regresaremos en septiembre a presentar oficialmente el 50 Palos.

S: ¿Cómo fue el proceso de crear un disco y un libro por tus 50 años de vida y 20 de trayectoria? Mucho trabajo y muchas cosas que contar, me imagino.

PD: Así es, hace 20 años de que se escribió “La Flaca”. (Hago una cara de verdadera sorpresa, ya que de inmediato pensé ‘¿en serio 20 años? Ufff’. Y Pau lo nota) ¡Sí 20 años! Tú seguramente eras un renacuajo (risas). Con esto del cáncer, tuve que parar dos años, he tenido tiempo para preparar ese proyecto de celebración, 50 años míos, y 20 de Jarabe. Empezamos con el disco junto al que también planteamos una gira, o un tipo de show.

Queríamos hacer disco retrospectivo de nuestra carrera, metimos 21 canciones conocidas de Jarabe, pero pensamos en versionarlas tal y como vinieron al mundo: instrumento y voz, en este caso, a pianos y voz. Le metimos unas cuerdas, contrabajo, algo de percusión y nos quedó un disco, que personalmente te lo digo, a mí me encanta, las canciones adquieren una dimensión estupenda a nivel emotivo.

El libro, por casualidad hay una editorial que se propone publicar unas cartas que subo en jarabedepalo.com en La maleta, que es una sección de la página. Nos animamos, me proponen escribir una más y al final terminamos escribiendo 50 capítulos, que tienen que ver con 50 pensamientos, anécdotas, ideas, opiniones que a lo largo de mi vida me han venido a la cabeza y que quería compartir.

Foto: Abraham Huitrón

S: Me llama la atención que al hablar sobre el cáncer que padeces, has mencionado que deseas desestigmatizar la enfermedad. En ese sentido, ¿cómo ha sido tu experiencia al convivir con otras personas que también luchan contra el cáncer?

PD: Piensa que cada día yo voy a ponerme la quimio al hospital, y ahí somos 300 que por turnos vamos pasando. Pasé de ser espectador a protagonista en un día, de saber que había amigos o conocidos míos que tenían cáncer, a tener cáncer yo. Y me sorprendió el sufrimiento que provoca tanto en la gente que lo tiene, como en la gente alrededor de los enfermos, como las familias y los amigos.

Una vez supe exactamente lo que me pasaba, y que no era tan fiero león como lo pintan, aunque lo puede ser obvio, pero que en muchos de los casos no, y teniendo en cuenta que esa es la segunda enfermedad más extendida en el mundo y que seguramente en breve será la primera, pensé que debía aprovechar mi popularidad para desestigmatizar el asunto, para normalizarlo un poco. O sea el cáncer no es la lepra, el cáncer es una enfermedad grave, peligrosa, con la que se puede vivir con normalidad. Fíjate, yo me puse la quimio el viernes, y ayer (lunes 13 de marzo del 2017) vinimos desde España en el avión y el sábado tocamos en el Vive ¡Y no soy Superman, eh! Como yo, hay un médico que trabaja en el hospital en donde me atienden a mí, que hoy va a operar a un tío para salvarle la vida.

S: ¿En qué es en lo primero que piensas todas las mañanas al levantarte que te hace decir ‘quiero seguir adelante y esto no me va a vencer’?

PD: La vida. No es ahora por la enfermedad, en general yo nací hiperactivo y curioso, y siempre he tenido una actitud llena de vitalidad, he tenido mucha curiosidad por ver que es lo que pasa en la vida. También siempre he hecho las cosas por ilusión, nunca he hecho nada que no me ilusionara, y creo que eso ha hecho que esté muy pendiente de la vida, que me guste vivir el día a día, mi presente, con intensidad y eso es lo que procuro. Preocuparme poco por el futuro, sino nada, y en el caso del cáncer mi enfermedad, dedicarle cinco minutos al día como máximo, porque el resto del tiempo lo quiero dedicar a eso, a cosas que me gusten.

Hay un amigo argentino que me dijo una que me encantó: (imitando el acento argentino) “Doné, pensá que vivir es urgente”. Vivir es urgente.

S: ¿Cuáles son las pequeñas cosas de la vida que antes no disfrutabas y que ahora con este diagnóstico, has comenzado a disfrutarlas como nunca?

PD: La rutina. Fíjate que el cáncer me paró, me mandó a casa, y entonces retomé mi contacto con mi vida rutinaria: llevar a mi hija al colegio, ir a comprar el pan, sacar a pasear a los perros, llamar a los amigos, los miércoles ver el fútbol con los amigos, cosas que me devolvieron una tremenda paz interior, que me hicieron muy feliz en realidad, y al final fueron esas pequeñas cosas que te da tu vida rutinaria, pensando que los músicos vivimos una vida que es totalmente un disparate.

S: Como bien me decías, a veces son las familias de los enfermos de cáncer quienes sufren más. Si pudieras mandarles un mensaje, ¿qué le dirías a todas esas familias?



PD: No soy la persona adecuada, ¿vale? Pero les diría que no piensen en la muerte, piensen en la vida, y los pacientes igual. Y el día que venga la muerte, que venga, es algo que no podemos controlar, en cambio nuestra vida, sí.

Terminamos. Le agradezco a Pau su tiempo, y le deseo mucha suerte en el Vive “¿Vas a ir?”, me pregunta, a lo que le respondo afirmativamente. “Excelente, entonces ahí nos vemos”, me dice antes de estrechar las manos y posar para una foto junto a su libro y su nuevo disco. Luce más feliz y radiante que nunca. Lleno de vida. No sé cuánto tiempo más tengamos el honor de que Pau siga tocando, ojalá que sean muchísimos años más, pero me queda clarísimo que él es una de esas pocas personas que realmente disfruta cada segundo del día. Si alguien sabe disfrutar de ese instante que llamamos vida, ese es Pau Donés.

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