Texto: Aarón Cortés
Fotos: Fera María / Zepeda Bros
Un salvaje ritual de golpes y guitarrazos –al que pocas personas sobrevivieron al final de la noche–, tuvo sede en el Pepsi Center, cortesía del esperado regreso de Lamb of God a nuestro país.
El estruendoso sonido de un edificio derrumbándose, fue la señal para que todos los metaleros rompieran en gritos de emoción mientras cada integrante de la banda tomaba su posición para dar comienzo al evento. La euforia era tan grande que la multitud te azotaba de un lado para otro, mientras ocurría la lucha por saber quien llegaría hasta el frente con tal de tener un lugar privilegiado.
Regularmente los actos principales tardan un rato en aparecerse en el escenario, pero tal vez se debía a la agenda apretada de Lamb of God –que se presentaron este sábado en Corona Northside, Monterrey– que la banda comenzó muy puntual y se retiró bastante rápido. La lista de canciones era la promedio de cada concierto, 17 o 18 canciones, aunque se pasó bastante rápido creando confusión entre los asistentes.
Mientras Randy Blythe saltaba por todo el lugar con sus poderosos guturales en una competencia por sonar más fuerte que las percusiones, varias caras de sufrimiento surgían mostrando la desesperación de hombres que acababan de perder sus celulares y deseaban encontrarlos a toda costa. Aguantando pisotones y empujones hasta darse por vencidos, y mejor disfrutar del resto de la noche.
Cuatro pantallas y una enorme manta colgando con el nombre de la banda, añadían una mayor experiencia visual con escenas un poco extrañas relacionadas con las letras de las canciones. Sin olvidar las proyecciones de llamas falsas, y las plataformas para agarrar una mejor altura en los saltos que daban énfasis en cada uno de sus temas más populares, dándonos un tour por el nuevo álbum.
Tardó un rato en que las cosas se tranquilizaran, y una vez que todos estaban bien distribuidos, llegó la hora de formar un brutal circle pit gigantesco en el centro, con una furiosa invitación a todo aquel valiente que deseara diversión extra. Ignorando el frío que hacía en el exterior, repartiendo patadas y empujones sin playera.
Largas matas siendo agitadas por todos lados, y unos cuantos asistentes que aplicaron la de Stephen Strange y viajaron a otra dimensión mientras su cuerpo rebotaba de un lado a otro en el Pepsi Center, gracias a la gran cantidad de sustancias “mágicas” que se consumían.
Ondeando una bandera con el nombre del grupo bordado, los estadounidenses despidieron al público con una forma bastante peculiar: agradecimientos, gritos y golpes. Claro que nos referimos al colosal desenlace a cargo de “Redneck”, con un violento mosh pit y vasos de cerveza volando por todas partes.
Partiendo con un poco de prisa, pero sin olvidar los agradecimientos, Lamb of God presentó un escandaloso concierto lleno de energía y la emoción del death metal. Demostrando que no importa que nos visiten seguido, siempre serán bien recibidos entre todos sus fieles fans.
Setlist
01. Walk With Me In Hell
02. Ruin
03. 512
04. Ghost Walking
05. Engage the Fear Machine
06. Now You’ve Got Something to Die For
07. Still Echoes
08. Descending
09. The Faded Line
10. Blacken The Cursed Sun
11. Anthropoid
12. Hourglass
Encore:
13. Vigil
14. Laid to Rest
15. Redneck
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