Y continuamos recordando a los artistas mexicanos que gracias a su legado, han dejado una huella inigualable en nuestra identidad cultural, misma que a lo largo de los años nos ha ido formando y que nos caracteriza a nivel internacional. Hoy en día la monstruosa industria musical parece tener como objetivo dominarnos, haciendo que poco a poco vayamos olvidando cómo nos hemos expresado a lo largo de los años. Esto se puede mediar tan sólo siendo consciente de quiénes fueron los artistas encargados en formarnos, y recordando el sonido de México.

Porque hay que entender que la música es un lenguaje mucho más complejo de lo que podemos imaginar a primer escucha, a través de las notas podemos conocer aspectos mucho más profundo de una época en concreto como económicos, políticos, sociales y culturales.

La historia nos ayuda a entender nuestro presente y nuestras ambiciones a futuro, conocer nuestra identidad cultural nos recuerda cómo era México hace unos años, qué aspiraban nuestros padres y/o abuelos, qué los conmovía y de qué hablaban.

 

 

En esta ocasión es turno de hablar del gran pianista y compositor tamaulipeco, Juan García Esquivel, mejor conocido como Esquivel, quien es considerado el máximo exponente del Space age pop y trabajó creando el soundtrack de varios programas de la televisión estadounidense, entre muchas cosas más.

Nacido un 20 de enero de 1918 en Tampico (y falleció el 3 de enero de 2002), comenzó a vivir en la Ciudad de México desde los 10 años en compañía de sus padres, donde comenzó a desarrollar su carrera como pianista trabajando a los 14 años en la estación XEW, demostrando su talento e interés en la música y sobre todo su facilidad para manejar la tecnología. Esto ayudó a que las cosas avanzaran rápidamente y a los 18, estuvo a cargo de su propia orquesta de 22 personas para el programa de Panzón Panzeco de Arturo Manrique.

 

 

Esquivel se graduó como ingeniero electrónico en la ESIME del Instituto Politécnico Nacional, acercándose un como más a la música electrónica con la que más tarde comenzó a experimentar creando una especie de sonido lounge, que más tarde recibió el nombre de space age pop, teniendo gran apogeo entre los 50 y los 60. Fue así como en 1958 consiguió un contrato con la disquera RCA Victor en Estados Unidos.

Una vez que estaba en el gran país de las oportunidades, Esquivel creó lo que en ese entonces se denominó como “arreglos sonorámicos” para Universal Studios, que se utilizaron en programas como El Hombre Nuclear, La Mujer Biónica, Los Picapiedra, Harry y los Hendersons y Guardianes de la Bahía, entre mucho otros más. Aunque su trabajo más vendido fue el álbum de Odisea Burbujas en 1980, con el que logró vender más de un millón de copias.

 

 

Durante el transcurso de su carrera logró lanzar más de 15 discos, sin contar las compilaciones y participaciones que llegó a realizar. Fue un gran amigo del mismísimo Walt Disney y de Frank Sinatra, que a su vez eran grandes admiradores de su trabajo como compositor. ¡¡Y era mexicano!!

En el 94, Esquivel sufrió un accidente que lo dejó inválido, pero aún así siguió creando arreglos musicales y fue considerado candidato para utilizar sus sonidos en la edición del sistema operativo Windows 95 de Microsoft.

Fue nominado en más de una ocasión al premio Grammy por “Mejor Orquesta”, “Mejor Ingeniería en Disco No Clásico” “Mejores Arreglos”, pero nunca los ganó. Tristemente murió a los 83 años en Jiutepec, Morelos, ya retirado de la música y sumergido en el olvido a causa de una nueva oleada de sonidos.

 

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