CAIFANES
Sábado, 22 de junio
Palacio de los Deportes
México, DF
EL CONCIERTO:
Los Caifanes regresaron al Distrito Federal -su ciudad natal- para ofrecer el concierto #71 en su interminable gira de reunión. Nada mal para una banda que alguna vez dijo que aquella presentación en el Vive Latino del 2011 era un “aquí nos tienen y nunca nos volverán a ver”. Hasta el momento, aún no presumen nuevo material pero se alude en entrevistas que ya tienen algo de eso; sin embargo, el setlist estuvo conformado de puras canciones de lágrima nostálgica. De izquierda a derecha en el escenario: Alejandro Marcovich en la guitarra; Alfonso André (atrás) en la batería, percusiones y voces; Saúl Hernández en los vocales y guitarra; Diego Herrera (atrás) en el teclado, sax, keytar, guitarra y percusiones; Sabo Romo en el bajo, teclado y voces. Al cumplir el primer tercio del set, la banda ofreció una sesión más “íntima” al bajar un telón sobre la mitad del escenario y tener a todos los músicos en primer plano. En la última tercera parte del set volvieron a abrir todo el escenario para ROCKEAR en tu idioma.
SETLIST:
1. El Negro Cósmico
2. Para que no Digas que no Pienso en Ti
3. Miedo
4. Cuéntame tu Vida
5. Debajo de tu Piel
6. Aquí No Pasa Nada
7. Tortuga
8. Aquí no Es Así
9. Viento
10. Nubes
11. Fin
12. Mariquita
13. Vamos a Hacer un Silencio
14. La Piel
15. Ayer me Dijo un Ave
16. Hasta Morir
17. Quisiera Ser Alcohol
18. Antes de que Nos Olviden
19. Detrás de Ti
20. Metamorfeame
21. De Noche Todos los Gatos Son Pardos
22. Mátenme Porque Me Muero
23. Perdí Mi Ojo de Venado
23. Los Dioses Ocultos
ENCORE
24. Nos Vamos Juntos
25. No Dejes Que…
26. Afuera
27. La Célula que Explota
28. La Negra Tomasa
OPINIÓN:
¿Alguna vez has intentado adivinar la canción con la que se abre un concierto?
Es un juego entretenido mientras esperas con ocio a que los roadies afinen los instrumentos. En el caso de Caifanes es algo complicado gracias a su amplio repertorio pero por lo general es raro que alguien abra con un éxito. La primera rola siempre es algo movidona pero casi nunca es de sus más conocidas. Antes de tocar las primeras notas del concierto, la audiencia contiene tanta adrenalina que no importa cual sea la rola con la que arranquen, siempre logra prender al público.
¿Entonces cuál? Por ahí alguien dijo “Mátenme porque me muero”, yo pensé en “Para que no digas que no pienso en ti” pero luego dije “Debajo de tu piel”. Pues no. ¡Todos están mal! Abrieron con “El negro cósmico”, un tema del Diablito. Pero claaaaaro… De cualquier manera, la gente explotó en coros reforzando así la teoría en el párrafo anterior (un día después me puse a investigar los otros setlists en sus escalas recientes y me percaté que ese es el tema con el que suelen abrir). Después de eso siguieron con un mega-combo espectacular que para cualquier otra banda sería todo un set completo, pero para Caifanes apenas era el inicio: Para que no digas… > Miedo > Cuéntame tu vida > Debajo de tu piel.
En varios puntos de esta primera parte del concierto, los veteranos integrantes de Caifanes mostraron ante el público que las tensiones internas que plagaron su historia (reales o inventadas) se quedaron en el siglo pasado. En uno de los momentos más conmovedores, Saúl Hernández y Alejandro Marcovich chocaron cabezas, aunque esta vez fue literal y con afecto. Hernández hasta logró que Marcovich sonriera por primera y única(?) vez para la cámara. Pero el más emocionado de todos era Diego Herrera que a menudo bajaba con su sax o su KEYTAR para acompañar a los guitarristas. En “Aquí no es así” hay un verso donde el vocalista canta “sigues caminando sobre viejos territorios” y por más que quise darle la vista gorda, la ironía no se me pudo escapar. Pero a fin de cuentas, es lo de menos. Los conciertos no son para reflexionar sobre la vida sino para divertirse y cantar a todo pulmón.
Tras tocar “Nubes”, el auditorio volvió a apagar las luces para que los roadies pudieran cambiar el escenario a formato INTIMO, lo cual consistía simplemente en mover la batería de Alfonso André y las teclas de Herrera a primer plano. Hizo falta la alfombra persa. Al iniciar esta segunda parte, Diego Herrera tuvo un momento a solas con el público al interpretar una pieza encantadora de su disco solista. Acto seguido, cedió el escenario a Hernández y a Sabo Romo para una versión acústica de “Fin”(!), un tema del segundo disco de Jaguares(!!!) donde Sabo se encargó de los vocales… y wow, creo que tuvo a medio auditorio con el nudo en la garganta. Simplemente genial. Hasta Poncho André tuvo su momento detrás del micrófono con “La piel”, un tema de su propio álbum solista, Cerro del Aire.
¿Qué podemos decir de todo esto? Pues sin duda Caifanes fue una parte muy importante de su trayectoria, pero no hay que ignorar que estos músicos tienen y han tenido otros proyectos con los que se han mantenido a flote. Al poner a un lado los egos para que cada quien pueda presentar lo suyo ante una audiencia tan grande es prueba del profesionalismo y las paces que hay entre los integrantes. La porción acústica cerró con Saúl cantando (con ayuda del público) “Quisiera ser alcohol” seguido por “Antes de que nos olviden”, un tema que eleva la barra de nostalgia a una escala peligrosa.
El resto del set sirvió para complacer a los que siguen a Caifanes desde los ochenta cuando el synth pop y el post-punk eran una fuerte influencia sobre la banda, tanto en su música como en su imagen. Entre los que temas que faltaban nos quedamos con otro mega-combo espectacular con …Gatos son pardos > Mátenme porque me muero > …OJO DE VENADO > Dioses ocultos. En “dioses oscultos”, Hernández terminó por regalarle el micrófono al público para que haga su chamba por él. Fue así como el concierto #71 de los viejos/nuevos Caifanes llegó a su fin y los cinco camaradas se tomaron de los hombros para aceptar las ovaciones de su público chilango, agradeciendo especialmente a la nueva generación de fans que ni había nacido cuando la banda lanzó su debut en 1988 pero que de todas formas se sabe las letras. Unos minutos después, regresaron al escenario para tocar los temas más quemados por la radio. Todavía “La negra Tomasa” sigue conservando algo de ese ingenio que la distingue de las rolas obligatorias que ya muestran su edad como “Afuera” y “No dejes que…”.
Y ese fue el concierto de Caifanes. Este reseñista debe admitir que nunca los había visto cuando tocaron en el Vive Latino, o cuando inauguraron en El Plaza Condesa, o las demás veces en el Palacio o en el Auditorio Nacional, por lo tanto, es inevitable que la emoción sea exacerbada por la lágrima nostálgica de escuchar estos temas por primera vez en vivo e interpretada por la clásica alineación. Ignoro si el efecto disminuya con la segunda o la tercera vez, pero al atestiguar la emotiva reacción del público, es evidente que esta gira de reunión tiene pila para sobrepasar los 100 conciertos.
DURACIÓN: 2 horas y 40 minutos
FOTOS: Cortesía de OCESA
RESEÑA: @ShyTurista (shy@sopitas.com)
INVITADOS ESPECIALES: Demos gracias que no hubo