Hay dos facetas de The Weeknd. La primera, aquella gloriosa etapa cuando recién daba pistas sobre su aparición dentro del R&B y cantaba –sucio pero elegante– sobre sus ganas de estar con alguien; y la segunda faceta fue un poco más comercial, pero con las mismas ganas de encerrarse en un cuarto donde solo una cama era necesaria.

De ninguna manera decimos que Abel Tesfaye es malo en ninguna de sus facetas, sino todo lo contrario, de hecho tiene una de las voces más deliciosas del planeta y un ingenio exponencial para hablar de sexo, amor y desamor que ya otros quisieran.

En cuanto al primer show que ofreció en la CDMX en la historia de su carrera, abrió la noche con “Pray For Me” para luego rematar con “Starboy“, el canadiense se sirvió de gritos y aplausos ante su primera llegada a la capital de nuestro país. El Palacio de los Deportes lució lleno, aunque a primera vista no era tampoco el más atascado de los shows del que el venue haya sido testigo.

Luces que cegaban y detrás un conjunto pequeño de grandes músicos que lo acompañaban… Nadie nos dejará mentir, el baterista y su guitarrista se llevaron la noche al ser básicamente el par que marcó el compás del vaivén de energía.

Si bien la producción se quedó lejos de al menos parecerse a cualquiera de las del Rey del Pop con quien tanto ha sido comparado, su voz salió al quite y destacó entre todo lo demás, esa voz tan icónica no tuvo necesidad de competir con grandes excentricidades de producción, ni nada por el estilo. Acá, Abel y su voz fueron suficientes para llenar de energía el Domo de Cobre… esta noche ese viejo Tesfaye apareció únicamente en sus cortes más pasionales.

Tesfaye es versátil, su voz cabe en cualquier rincón y en su desarrollo ha querido probar de todo sin que nada le calce grande, pero pese a eso, el The Weeknd sexy que hipnotiza es el que marcó la noche de ayer. Más allá de recordar en el concierto sus inicios con “House of Balloons” o “Wicked Games” (pertenecientes a Trilogy), lo mejor y más coreado de su concierto fue sin duda “Earned It“, “Often” y “The Hills“… ¿y qué tienen en común? Exacto, la sensualidad.

Pero no todo es sexo, lujuria y desenfreno en la vida de The Weeknd, evidentemente. El canadiense también se erigió como uno de los cantantes más elegantemente dramáticos mientras de su boca escuchábamos “Call out my name when I kiss you so gently. I want you to stay”, momento perfecto para alzar los flashes de los celulares.

El concierto de The Weeknd fue una cucharada de sensualidad para el oído, y es que por fin comprobamos en carne propia, que su voz es sinónimo de arte. Abel Tesfaye es un showman carismático con el don de una impresionante voz, que logró dejar más que satisfechos a los poco más de 20 mil asistentes que se dieron cita este 22 de octubre en el Palacio de los Deportes.

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