Al menos se puede decir que éste funcionario tuvo el valor civil de reconocer los errores y prefirió dejar el cargo.
Tras darse a conocer imágenes en las que un grupo de uniformados prestaron sus armas para que unos estudiantes se tomaran fotos “pa’l feis”, el secretario de seguridad de Cadereyta, general Ricardo César Niño Villarreal, presentó su renuncia.
Lo anterior fue informado al presidente municipal de la mencionada población, José Emeterio Arizpe Tellez, mediante un comunicado.
Pero bueno, el asunto fue así: tras denunciarse el robo del celular de la hija de la encargada de la Secretaría de Desarrollo Social de Cadereyta, Nelly Fuentes, un comando especial fue enviado a la secundaria 61 “Sergio Montalvo Garza”; ahí, supuestamente la funcionaria acudió para dar una plática sobre valores…
Tras realizar la pequeña investigación para dar con el celular de la niña, los agentes de la Unidad de Reacción fueron la sensación de la escuela y prestaron sus armas a los alumnos de la secundaria para que se tomaran fotos con ellas. Nomás que no contaron con que iban a subirlas al “feis” y fue así que comenzaron los reproches contra el secretario de seguridad, quien reconociendo que los oficiales que cometieron tal barrabasada eran su responsabilidad, sorprendió y presentó su renuncia.
“El general Niño Villarreal asumió la responsabilidad de los policías, ya que son elementos a su cargo, y su sentido de responsabilidad lo obliga a tomar esta difícil pero, para él, necesaria decisión”, señala el comunicado con el que se dio a conocer la dimisión del funcionario.
Así que mientras los uniformados que prestaron sus armas fueron suspendidos sin goce de sueldo, su superior, el general Niño Villarreal, dejó el cargo que, según consta en el comunicado, desempeñó honrosamente, al ofrecer resultados significativos, como “la disminución en los índices delictivos en nuestra comunidad”.
Mientras que el presidente municipal de Cadereyta, agradeció los servicios prestados por Niño Villarreal y reconoció “su gran vocación de servició”, las autoridades escolares también tomaron cartas en el asuntos y decidieron suspender a la directora del plantel educativo, María Luisa de la Torre, ya que los uniformados entraron al plantel sin previa autorización: “Nosotros hemos emitido reglamentos, circulares, información a los directores de las escuelas de que cada programa que llegue a cada escuela tiene que ser evaluado, consensado y aprobado por la Secretaría de Educación”, señaló Juana Aurora Cavazos, encargada de la Educación en la región.
Qué tal, un funcionario reconociendo errores de sus subalternos y –sobre todo- respondiendo por ellos, no se ve todos los días.