Si alguien quiere deshacerse de un auto inservible, lo más común es llevarlo a un deshuesadero en donde lo convertirán en chatarra. Sin embargo, ¿qué sucede cuando lo que deseamos desechar es un avión Boeing 747?
Hace unos días te mostramos cómo fueron demolidas las torres de una planta térmica del Reino Unido, y ahora, para continuar con ese deleite visual que sólo nos da la destrucción, te mostramos cómo se reduce ‘a 230 toneladas de chatarra’ un gigantesco avión.
El proceso lleva unos tres días. En este caso fue llevado a cabo en el aeropuerto de Costwold, considerado el cementerio de aviones más grande del Reino Unido.
Primero se extraen 130 toneladas en equipo (trenes de aterrizaje y navegación, por ejemplo). Después comienza el proceso de excavación con una demoledora. Esta acción es supervisada por el ex ingeniero aeronáutico Marcos Gregorio y su equipo en el salvamento aéreo.
El resto es mucha paciencia para ir despedazando lenta pero efectivamente lo que meses antes era una maquina voladora.
Aquí el vídeo:
Al final, los restos del avión tienen un valor de hasta 54,000 dólares, pues gran parte se emplea como aluminio reciclado, y los componentes de vuelo y motores se someten a varias pruebas para ver si pueden volver a usarse en otras naves.
(para los que dicen que el reciclaje no es un negocio)
¿Cuánto podré sacar si les llevo mi Datsun viejito?