Luego de haberse apañado la gran mayoría de las vacunas, ahora sí, los del G7 parece que se van a mochar como lo apremia la situación. Bueno, ya se verá… Será cuestión que respondan a la propuesta del primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson.
En su calidad de presidente del G7, Boris Johnson dio a conocer que su país donará 100 millones de vacunas… de las que tiene como excedente y espera que el resto de los miembros del G7 (que vienen siendo los países más poderosos del mundo) se comprometan a hacer algo similar, para así juntar un buen lote y éste sea donado a los países que más lo necesitan.
Johnson presumió que el éxito del programa de vacunas en Reino Unido permite que su administración pueda ceder tal cantidad de dosis. Sería hasta el próximo año cuando las comience a mandar a diversas partes del mundo. “Espero que mis amigos del G7 hagan un compromiso similar para que, juntos, podamos vacunar al mundo para fines del próximo año”, escribió Johnson en su cuenta Twitter.
En un artículo dado a conocer horas antes de que comience la cumbre del G7, Boris Johnson adelantó que su llamado a donar vacunas no se quedará sólo en redes sociales, sino que será parte de la agenda que propondrá durante sus reuniones con el resto de los líder mundiales: vacunas y educación, como fórmula para la recuperación global.
“El genio y la perseverancia de nuestros científicos nos ha brindado vacunas seguras y efectivas contra COVID-19. Ahora nuestra tarea más urgente es utilizarlos para proteger a la humanidad lo más rápidamente posible”, señala Boris Johnson en el texto en el que, vuelve a reconocer que su administración minimizó la pandemia, pero ahora se ha puesto las pilas, algrado de que la mayoría de vacunas que se han distribuido por el sistema COVAX son las de AstraZeneca, la cual fue desarrollada por dicha farmacéutica con apoyo de su administración.
“Gran Bretaña ha contribuido con 548 millones de libras esterlinas a COVAX y también donaremos la gran mayoría de las dosis excedentes de nuestro programa de vacunación nacional”, agrega Johnson, quien adelanta que la cumbre G7 servirá para llegar a acuerdos que sirvan de empujón para acelerar el desarrollo de vacunas, tratamientos y pruebas para cualquier virus nuevo. Así, si la vacuna contra el COVID-19 se desarrolló en 300 días, se pretende que en un futuro una inmunización contra una nueva enfermedad sea conseguida en un lapso de 300 a 100 días.