Recientemente, se ha informado que lo que ocurrió en Nuevo Laredo con los jóvenes fue una ejecución. Aunque todavía hay investigaciones en curso, el subsecretario de Derechos Humanos de Gobernación, Alejandro Encinas, ha afirmado que existen elementos que descartan que las víctimas hayan tenido un enfrentamiento con los soldados, y ni siquiera estaban armados.

A finales de febrero, Derechos Humanos de Nuevo Laredo denunció el asesinato de cinco jóvenes a manos de militares. La SEDENA afirmó que los soldados dispararon debido al ruido fuerte que hizo el vehículo de las víctimas al chocar. Ahora, con la declaración de Encinas, se ha vuelto claro que se trató de un asesinato a sangre fría. La gran pregunta es: ¿habrá consecuencias para los militares responsables de estos actos terribles?

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