Han pasado sólo tres meses desde que la primera gasolinera de British Petroleum abrió sus puertas en México y ¿adivinen qué pasó? ¡Ya se ganó su primer castigo por parte de la Procuraduría Federal del Consumidor!
British Petroleum, 1er gasolinera noPemex concesionada en México (hace muy poco), cerrada x no dar litros de a litro pic.twitter.com/Dkh4T0Nhg9
— Juan Pablo Alvarez (@JPAlvarezGuedea) 22 de junio de 2017
De acuerdo con una inspección que hizo la Profeco el 20 de este mes, las instalaciones Combustibles BP ubicadas en las Torres de Satélite, Estado de México, han presentado ciertas irregularidades. Estas fueron encontradas en sus mangueras, que presentaban errores eléctricos y broncas con un medidor que daba información muy dispersa a la hora de despachar gasolina.
Empresari@s gasolineros se comprometen a mejorar prácticas y garantizar #LitrosDeALitro https://t.co/3nkVnuCOks pic.twitter.com/EWoufvJy0p
— Profeco (@Profeco) 20 de junio de 2017
Y claro, como ya no le quedaba de otra, la misma compañía tuvo que corroborar la información obtenida después de la revisión.
Como resultado de la verificación, se inmovilizó un dispensario de combustible con cuatro mangueras, por una falla en la batería de respaldo del sistema eléctrico de almacenamiento de información, misma que se está revisando para su adecuado funcionamiento, se leía en el comunicado. Adicionalmente, se inmovilizó una manguera de un segundo dispensario por haber registrado un error en la prueba de repetibilidad.
La gasolinera extranjera no pudo empezar de un modo más lamentable. Primero tuvimos el trágico desastre ambiental en el Golfo de México, por ahí de 2010, luego estuvo ese asunto de su inauguración que saturó Periférico Norte y ahora nos sale con que su equipo estaba defectuoso. ¡Vaya sorpresa!
¿Qué más les podemos decir? El objetivo de la firma británica es abrir otras 1,500 estaciones de servicio en nuestro país dentro de los próximos 5 años. Si este tipo de “detallitos” es lo que nos espera en el futuro, la verdad es que no pueden culparnos por no estar brincando de emoción.